A esta sorprendente conclusión han llegado investigadores de la Universidad Üsküdar, en Estambul, la primera universidad del país en dedicarse en exclusiva a áreas de la salud y el comportamiento humanos.
En realidad, la idea de generar electricidad a través de la orina no es nueva. La orina humana contiene hidrógeno, que puede ser aislado para usarse en unos dispositivos llamados celdas de combustible microbianas (CCM), que utilizan bacterias y funcionan con electrólisis, obligando a una corriente eléctrica a provocar una reacción química y que recientemente están recibiendo mucha atención por su gran potencial en el tratamiento de aguas residuales. La eliminación de los desechos producidos que el consumo del cannabis produce, y que son expulsados a través de la orina, es importante porque estos pueden ser dañinos cuando la orina se libera al medio ambiente.
El estudio persigue la eliminación de los metabolitos de cannabis (un metabolito es cualquier sustancia que interviene en el metabolismo humano) además de incrementar las tasas de obtención de energía eléctrica durante el proceso de eliminación. El experimento se desarrolló con dos tipos de orina, una con añadido de acetato de sodio como fuente de carbono, y otra humana, con contenidos en residuos de THC. Los resultados mostraron que la electricidad se generó con éxito tanto a partir de orina humana sintética o natural que contenía THC, y que este se eliminaba hasta en un 60%, y que, por lo tanto, las CCM son útiles para eliminar los contaminantes metabolitos del cannabis.