El estudio, publicado en la revista Journal of Agricultural and Food Chemistry, evaluó el efecto de la alimentación con biomasa de cáñamo en vacas lecheras, un subproducto que surge tras la extracción de cannabidiol (CBD) y que actualmente carece de valor económico en el sector cannábico. Pese a su alto valor nutricional, su uso como forraje está vetado en EE UU por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), debido a la preocupación por la posible presencia de THC.
El experimento involucró a 18 vacas Jersey, de las cuales nueve fueron alimentadas durante 28 días con una dieta que incluía un 13% de biomasa de cáñamo, mientras que el grupo control recibió una dieta estándar con alfalfa. Posteriormente, todas las vacas fueron sometidas a un periodo de retiro de cuatro semanas, durante el cual se les administró solo la dieta de control.
Los resultados revelaron que, si bien los compuestos cannabinoides sí se absorben y acumulan en el organismo bovino, estos desaparecen progresivamente tras suspender el consumo de biomasa. En el caso de la leche, no se detectaron residuos de THC pasados 12 a 15 días de retiro, eliminando así cualquier riesgo para el consumo humano. En los tejidos adiposos, sin embargo, se detectó presencia de THC hasta 30 días después, aunque sin implicaciones directas para el ordeño.
“Este estudio representa un paso importante para generar la evidencia que permita autorizar el uso de biomasa de cáñamo como suplemento ganadero”, explicó Massimo Bionaz, autor principal del estudio y profesor asociado en el Departamento de Ciencias Animales y de Pastizales de la Universidad Estatal de Oregón. Según los autores, menos del 1% de los cannabinoides ingeridos fueron transferidos a la leche.
El trabajo también evaluó el riesgo para las personas que consuman leche proveniente de vacas alimentadas con biomasa de cáñamo. Los resultados indican que, sin un periodo de retiro, los niveles de THC podrían superar la dosis de referencia aguda de 1 µg/kg de peso corporal, pero que tras dos semanas sin biomasa, dicho riesgo desaparece.
Más allá de lo anecdótico de la información, la posibilidad de incorporar subproductos del cáñamo a la cadena ganadera no solo aliviaría el impacto ambiental del cultivo, sino que representaría una vía concreta para revalorizar residuos industriales de la industria del cannabis.