Las noticias que llegan desde Uruguay cuentan que en la nación charrúa la industria del cannabis no para de crecer. Semanas atrás, se conoció que tanto la venta de flores en farmacias, como el dispendio en las asociaciones, ha aumentado. Pero no todo es felicidad en estas tierras de sudamericanas. Días atrás, la empresa Pharmin, que se dedicaba al cultivo y procesamiento de laboratorio para elaborar derivados de la planta con fines medicinales, despidió al 100% de sus trabajadores, un total de 65 personas. Los representantes de la compañía desaparecieron del país y aún adeudan el pago de salarios, vacaciones y aguinaldo de los empleados.
El despido de los trabajadores se efectivizó el pasado 2 de febrero, cuando recibieron los respectivos telegramas. Pero ellos ya percibían que algo raro iba a suceder porque Pharmin no había pagado los salarios con fecha correspondiente al 5 de enero, cuando también debían cobrar los aguinaldos y las licencias por vacaciones. La compañía sencillamente guardó sus capitales en una maleta y desapareció, según le cuentan a Cáñamo desde la Unión de Trabajadores Rurales y Agroindustriales del Uruguay (UTRAU), el sindicato al cual están afiliados varios de los despedidos.
“Es una empresa que se dedicaba a los cultivos medicinales y tenía capitales extranjeros. De Georgia”, cuenta Germán González, secretario general de UTRAU. Luego, el líder sindical de los trabajadores rurales cuenta que la empresa funcionaba en la Zona Franca Libertad, gracias a un tratado de libre comercio con Georgia y que había firmado el ex canciller uruguayo Francisco Bustillo. Ahora, su hermano Nicolás Bustillo, es el representante de la empresa Pharmin ante los trabajadores. “Él dijo que no es socio de la empresa, que era un empleado más y se lavó las manos. La empresa en sí no apareció”, dice González sobre Bustillo, quien trabajaba como gerente.
Por lo pronto, González cuenta que ya se hicieron “las gestiones del seguro de pago y se les otorgó a todos los que tenían cierta antigüedad. Estamos peleando para que también lo tengan los más nuevos”. Mientras que lo único que se sabe de la empresa es que ha bajado sus cortinas y sus representantes desaparecieron por completo. Pharmin es una compañía que pertenece a un grupo de capitales georgianos, donde la máxima responsable es Ana Kobalia. Según medios locales del país europeo, la mujer trabajaría para el multimillonario Bidzina Ivanishvili, fundador del partido Sueño Georgiano.
Esta no es la primera vez que una compañía extranjera que se dedica al cannabis desaparece de Uruguay y deja a sus trabajadores sin respuestas. Al asentarse en las zonas francas, no tienen que cumplir ciertas obligaciones laborales, como el pago de indemnizaciones. La UTRAU denuncia que esta es una situación que en los últimos años se repite una vez cada seis meses. Los últimos casos fueron los cierres de las empresas BCBD Medicinal y Boreal, quienes también despidieron al 100% de sus trabajadores.