El uso tanto de LSD como de psilocibina (los hongos mágicos) mejora el bienestar psicológico del que lo utiliza, dice un estudio publicado en Frontiers of Pharmacology.
Aunque no es reciente el uso de estas sustancias psicoactivas para aliviar ciertos padecimientos, como el estrés postraumático o la ansiedad, y varias informes apuntan a que son un buen remedio, este nuevo estudio viene para romper la mala prensa de “lo psicodélico”.
El estudio se realizó con los datos que iban entregando un grupo de 650 individuos que estaban dispuestos a tomar psicodélicos y a rellenar una encuesta online que el equipo de investigadores habían diseñado. Se pretendía así dos cosas: por un lado, conocer los efectos inmediatos y a largo plazo del uso de psicodélicos. Por otro lado, se quería que fuese este un “estudio prospectivo” ya que iba recolectado los datos según estos se iban produciendo y no después de terminar la investigación. De esta manera acortaban el vacío entre la causa y el efecto que por lo general suceden con los estudios a largo plazo.
Mediante un complicado conjunto de elementos para categorizar los resultados que iban obteniendo, los investigadores plantean dos hipótesis: Uno, el bienestar mental de los sujetos de estudio mejora con solo dos semanas de uso de psicodélicos. Dos, que esa mejora (su intensidad) está relacionada con si se considera positiva o negativa (ellos lo llaman “buen” o “mal” viaje) la experiencia psicodélica.
En las conclusiones del estudio aseguran que la primera hipótesis es correcta. Es más: los resultados convierten a los psicodélicos en una anomalía entre las drogas: en lugar de perjudicar la vida mental (si se le da un mal uso) la mejora. Pero la cosa se pone más interesante pues aquellos que han probado los psicodélicos en el pasado (es decir, antes del estudio) tiene una base de salud mental mejor (o más eficiente, si se quiere ver así) que los que no.
Otro descubrimiento que proponen es que el beneficio del psicodélico no está en los efectos psicodélicos, es decir, en las posibles alucinaciones sensoriales. El beneficio del psicodélico está a largo plazo. Los malos viajes no implican, necesariamente, algún mal en el bienestar mental. Incluso se puede mejorar este bien estar con “malos viajes”, por lo que su segunda hipótesis está equivocada. Sin embargo, los participantes que reportaron malos viajes sí que consideraron que afectaba para peor su salud mental.
Según este estudio, y para aquellos psiconautas que haya por ahí, ayuda al buen viaje estar mentalmente preparado y tener la clara intención de querer hacerlo ya que es más probable que uno reciba una experiencia “mística”, como dicen en el estudio.