Un estudio reciente sobre el impacto de la marihuana recreativa en los vecindarios encuentra que los jóvenes no aumentan su consumo ni cambia su actitud.
Es cierto que este estudio se veía venir pues ya existen ejemplos que podían corroborar que vivir cerca del cannabis no te convierte necesariamente en un fumeta terrible, ni pervierte a la juventud (bajo los términos de la gente que considera que fumar marihuana ocasionalmente es algo gravísimo). Sin embargo, no es menos cierto que existen pocos informes serios que se hayan preocupado por responder a este cuestión por lo que la intuición de que el cannabis es algo que no afecta negativamente a una comunidad podría estar equivocada.
Esta investigación en Colorado ya dio algún dato previo al comprobar que la presencia de dispensarios no aumentó el consumo de cannabis entre la juventud. La Colorado State University - Pueblo ha llevado ese estudio un paso más allá y su informe comprueba que no solo no aumentó el consumo sino que las opiniones acerca de la marihuana tampoco se vieron modificadas por la presencia de un dispensario.
“Permitir o no permitir los dispensarios de cannabis en una comunidad no parece cambiar el uso de cannabis ni la percepción del cannabis que tienen los estudiantes”.
El estudio también ata cabos sobre cómo las comunidades que tenían una actitud positiva hacia el cannabis fueron las primeras en abrazar la legalización y permitir que sus ciudades pudieran abrir dispensarios. Algo que parece de sentido común, pero que refuerza la idea de que los ciudadanos deben estar convencidos de que eso es lo mejor para el pueblo en lugar de colocarles un dispensario y decirles que eso es lo mejor para ellos. Con consenso la cosa suele funcionar siempre mejor.