Felicitaciones si estáis leyendo esto. Hemos sobrevivido otro año más en épocas preapocalípticas. Aunque la pandemia es un tema menor, ahora sufrimos una guerra híbrida mundial que incluye tanto territorios como recursos. No fue un año fácil. Para maría ha sido de sube y baja, pero sigue dando pasos lentos aunque seguros ante la locura mundial.
Creo que lo más radical que pasó en Norteamérica tuvo lugar en Colorado, ya de por sí una de las mecas cannábicas, donde se legalizó el uso de la psilocibina. Los votantes en Colorado aprobaron una propuesta para despenalizar el uso de hongos alucinógenos para adultos y crear “centros de sanación” regulados por el estado, en los que los pacientes pueden usar las setas bajo supervisión. Entrará en vigor en el 2024, y podrían incluir otras medicinas de poder para tratar adicciones, traumas severos y otras afecciones mentales. Ya en Denver se habían despenalizado hace un par de años, lo que ha abierto la puerta, después de Oregón, para que la gente pueda no solo experimentar, sino mejorar su salud mental con microdosis de psilocibina.
Otra cosa interesante de este año es que los estados de cuello rojo, por los que hace una década no dábamos un pepino por ellos, ahora están pugnando por la libertad desde la América profunda, donde, aunque brilla el sol, no hay mucha luz en las cabezas de la gente. Sus esfuerzos no han sido suficientes y las propuestas para legalizar han quedado sepultadas bajo el yugo hillbilly de esas zonas rurales, conservadoras y, digámoslo claro, ignorantes.
Arkansas ya tiene un programa medicinal desde el 2016 y quería implementar una ley que cobrara el diez por ciento de impuestos y bajo la que se pudiera comprar una onza de mota libremente sin estar enfermo; los fondos recaudados hubieran ido hacia programas de desintoxicación y a la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Arkansas, pero no, tenían que votar que no. Medio millón de personas dieron su negativa, que representaron el cincuenta y cinco por ciento del electorado. No habrá cannabis recreacional esta vez.
Aunque de las Dakotas ya se esperaba, a pesar de que hay comunidades indígenas que han liberado la planta, la negativa a la legalización significa que la gran mayoría seguirá sin acceso libre a la planta. Igual que en Arkansas, poco más de la mitad votaron que no. En Dakota del Norte, el cincuenta y cinco por ciento o unas ciento treinta mil personas y, en su contraparte del sur, un cincuenta y dos por ciento o ciento noventa mil, aproximadamente, les arruinaron la fiesta a todos los demás. En Dakota del Sur ni siquiera estaban votando por una regulación del mercado, sino por el simple hecho de poder poseer y cultivar en casa.
María llega a la tierra de María
En Maryland, cuya ciudad principal es Baltimore, han votado por la legalización y, a partir del primero de julio del 2023, los adultos podrán poseer una onza y media, cuarenta y dos gramos, y permitirá que algunos que han sido arrestados por posesión puedan tener sus casos reconsiderados. También habrá un fondo de asistencia para pequeños negocios que quieran entrar en la industria dando prioridad a las minorías (que son la mayoría) y a las mujeres empresarias. Los impuestos tampoco están tan altos como en California u Oregón, serán del seis por ciento y se invertirán en rehabilitar a los presos por cargos cannábicos, así como para ayudar a los veteranos de guerra, para la reducción de daños y para servicios de salud.
En Misuri votaron por el sí más de un millón de personas, todos en las zonas metropolitanas. Está previsto que abran ciento cuarenta y cuatro negocios, que podrán vender cannabis. La enmienda fue patrocinada por Legal Missouri 2022, quienes han hecho un excelente trabajo. Esta medida elimina las prohibiciones estatales existentes sobre la marihuana. Legaliza la compra, la posesión, el consumo, el uso, la fabricación y la venta para adultos. La Enmienda 3 también permite comprar hasta tres onzas y cultivar seis plantas en casa.
La industria cannábica se ha robustecido este año en los lugares donde se le ha permitido trabajar, a pesar de que las minorías y las mujeres apenas van progresando en ella y aún hay muchos encarcelados. Aaron Smith –director ejecutivo de la Asociación Industria Nacional del Cannabis– se muestra positivo ante los resultados: “Cuando ves que estos estados rojo profundo se acercan cada vez más hacia la reforma es porque se viene un gran cambio político, por ejemplo, los perdones de Biden. Misuri, en particular, va a ayudar a cambiar la conversación a favor de una reforma federal en cuanto a la marihuana; es lo que buscamos, una reforma federal. También estuve muy pendiente del voto de Colorado de la Propuesta 122, que legaliza los hongos y, ¡ojo!, otras sustancias psicoactivas, porque va a impactar en la industria del cannabis. Creo que abre una posibilidad para que las dos industrias se impulsen mutuamente”, concluyó Smith.
Ya son veintiún estados y la capital