El gobernador de Nueva York, Andrew M. Cuomo, firmó este pasado marzo la legislación (S.854-A / A.1248-A) que legaliza el cannabis para adultos, cumpliendo con un componente clave de su agenda 2021. La firma del proyecto de ley se produce después de que Cuomo, Andrea Stewart-Cousins (lideresa de la mayoría del Senado) y Carl Heastie (presidente de la Asamblea) anunciaran el 28 de marzo que habían llegado a un acuerdo sobre la legislación. El proyecto de ley establece la Oficina de Manejo del Cannabis, que implementará un marco regulatorio que cubra la marihuana medicinal, recreativa y sus derivados, como el CBD. La legislación otorgará licencias a los productores, distribuidores, minoristas y otros actores del mercado cannábico. Lo importante es que hace énfasis en la justicia social y va a crear un programa de equidad social y económica para ayudar a las personas afectadas de manera desproporcionada que deseen participar en la industria.
Esta legalización tiene el potencial de crear importantes oportunidades económicas para los neoyorquinos. Se prevé que la recaudación de impuestos del programa de cannabis alcance los trescientos cincuenta millones de dólares anuales. Además, existe el potencial de que esta nueva industria cree entre treinta y sesenta mil nuevos puestos de trabajo en todo el estado.
“Es un día histórico en Nueva York; uno que corrige los errores del pasado al poner fin a las duras sentencias de prisión, abraza una industria que hará crecer la economía del Empire State y da prioridad a las comunidades marginadas que más han sufrido para que sean los primeros en cosechar los beneficios. Esta fue una de mis principales prioridades en la agenda del estado de este año, y me enorgullece que estas reformas integrales aborden y equilibren la equidad social, la seguridad y los impactos económicos del consumo legal de cannabis por parte de adultos”, refirió Cuomo.
La legislación (The New York State Cannabis/Marijuana Regulation & Taxation Act) creará una estructura de licencias de dos niveles, separando a productores y procesadores de los propietarios de tiendas minoristas. La legislación implementará estrictos controles de calidad, salud pública y protección al consumidor. Dentro del programa de igualdad social y económica, se facilitará a las personas afectadas de manera desproporcionada por leyes del cannabis con las herramientas para que emprendan. El objetivo es que el cincuenta por ciento de las licencias vayan a empresas comerciales propiedad de una minoría, de mujeres, agricultores en dificultades o veteranos discapacitados.
La nueva ley implementa una nueva estructura tributaria para gravar el cannabis. El impuesto especial al consumo del mayorista se trasladará al minorista, con un impuesto estatal del nueve por ciento. Se añadirá un cuatro por ciento de impuesto extra en los dispensarios para la venta al público. Los condados recibirán el veinticinco por ciento de los impuestos recaudados y el setenta y cinco por ciento irá a los municipios. Todos los impuestos sobre el cannabis se depositarán en el fondo de ingresos del cannabis del estado de Nueva York, y de ahí se repartirán.
Las ciudades, pueblos y condados pueden optar por no permitir dispensarios de cannabis o licencias de consumo en el lugar. Tienen que aprobar una ley local antes del 31 de diciembre de 2021 o nueve meses después de la fecha de vigencia de la legislación. No pueden optar por no participar en la legalización del uso de adultos.
Conducir un vehículo bajo los efectos del cannabis seguirá estando prohibido con las mismas penas.
¿Qué podemos poseer en Nueva York?
Posesión personal fuera del hogar: tres onzas (84 gramos) de cannabis y veinticuatro gramos de concentrado de cannabis. Posesión en el hogar: cada persona podrá almacenar en casa hasta cinco libras (dos kilitos) de cannabis, que debe mantenerse en un lugar seguro lejos de los niños. Cultivo doméstico: será permitido sujeto a límites de posesión, tres plantas maduras y tres plantas inmaduras para adultos mayores de veintiún años y/o seis plantas maduras y seis plantas inmaduras como máximo por hogar. Estará permitido fumar en público en cualquier lugar donde se pueda fumar tabaco y habrá smoking lounges.
Se reestructurará el marco de sanciones por cannabis para evitar la criminalización de la prohibición. A las personas con condenas relacionadas con la marihuana se les borrarán sus registros de inmediato, creando una cancelación automática o una nueva sentencia.
Sin embargo, se calcula que los primeros dispensarios y clubs para fumar no aparecerán sino hasta dentro de dos años o por lo menos dieciocho meses, tiempo para que los nuevos actores discutan e implementen la nueva ley en el decimosexto estado que legaliza la marihuana. Nueva York en esto no ha sido el más vanguardista.