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Hawái: el paraíso perdido

Hawái es territorio gobernado bajo el yugo estadounidense. Pieza esencial en la estrategia geopolítica del imperio moderno. El único estado que no se encuentra en el continente americano. Hawái es un archipiélago conformado por cientos de islas de origen volcánico, pero son ocho las más importantes: Ni‘ihau, Kaua‘i, O‘ahu, Moloka‘i, Lāna‘i, Kaho‘olawe, Maui y la gran isla de Hawái. Como se podrá dar cuenta nuestro avispado lector con los nombres, Hawái y su gente no tienen nada que ver con la cultura de Estados Unidos, por lo menos hasta su ocupación. Desgraciadamente, los hawaianos han sido colonizados por la bestia y su maquinaria de guerra.

Hawái es territorio gobernado bajo el yugo estadounidense. Pieza esencial en la estrategia geopolítica del imperio moderno. El único estado que no se encuentra en el continente americano. Hawái es un archipiélago conformado por cientos de islas de origen volcánico, pero son ocho las más importantes: Ni‘ihau, Kaua‘i, O‘ahu, Moloka‘i, Lāna‘i, Kaho‘olawe, Maui y la gran isla de Hawái. Como se podrá dar cuenta nuestro avispado lector con los nombres, Hawái y su gente no tienen nada que ver con la cultura de Estados Unidos, por lo menos hasta su ocupación. Desgraciadamente, los hawaianos han sido colonizados por la bestia y su maquinaria de guerra.

Hawái fue una nación independiente durante casi todo el siglo xix, hasta que los capitalistas europeos la conquistaron. Posteriormente, se unió a Estados Unidos el 21 de agosto de 1959, y fue el último estado en hacerlo. El archipiélago es parte de la Polinesia –una serie de islas regadas por el océano Pacífico que se encuentran sobre el cinturón de fuego–, que técnicamente está en Oceanía. El estado está lleno de actividad de todo tipo: zona volcánica, olas perfectas para el surf, selvas densas, ecosistemas diversos, mucha fiesta, turistas que gustan de playas paradisiacas y, por supuesto, mota de excelente calidad.

La marihuana siempre ha sido parte de la cultura de estas ínsulas; se le conoce como Pakalōlō, la palabra hawaiana que significa ‘Tabaco Loco’. Con tantas especies endémicas en las islas, es inverosímil que no sea punta de lanza en el movimiento cannábico como lo son Colorado u Oregón. Los hawaianos están acostumbrados a fumar mota de calidad, como las locales Maui Wowie, Hawaiian Blue, Kona Gold, Puna Buddaz, Kaua’i Electric y Moloka’i Purpz.

El estado del Aloha nunca ha descriminalizado la marihuana, pero tiene un programa medicinal que se aprobó en el año 2000. El otrora gobernador hawaiano Ben Cayetano firmó como ley el Acta 228, que permitía a los que tenían su carné de marihuana medicinal, llamado Hawaii 329 Registration Card y expedido por el Departamento de Salud, adquirir y consumir sus remedios verdes. Sin embargo, no fue sino hasta julio del 2016 que el gobernador David Ige firmó el permiso para que el Departamento de Agricultura pudiera sumarse al cultivo de cáñamo industrial.

La ley permite a los pacientes registrados cultivar hasta siete plantas, tres de ellas maduras, y apenas después de diecisiete años se están abriendo los primeros dispensarios. Una ley que pasó en julio del 2015 permitió por fin inaugurar dispensarios, donde los pacientes calificados podrán adquirir su medicina.

Los enfermos pueden tener menos de cuatro onzas si padecen cáncer, síndrome de Crohn, náuseas, dolor crónico, epilepsia, glaucoma, sida, esclerosis múltiple, enfermedades musculares y caquexia. A principios de este año había más de quince mil trescientos pacientes registrados con sus carnés; casi la mitad de ellos viven en la isla mayor. Ahora deben de existir por lo menos dieciséis mil personas registradas en este atolón polinesio. Según las autoridades de salud, no contaban con un sistema computacional para seguir la juanita desde la semilla hasta el producto final, por eso la demora de más de una década. El estado ha dado ocho licencias, que permiten manejar dos dispensarios y dos instalaciones para cultivar por negocio. Cuatro de ellos ya están listos para cultivar, Manoa Botanicals y Aloha Green, en Oahu, y en Maui, Pono Life Sciences y Maui Grown Therapies. Sus primeras plantas podrían estar listas para el otoño.

Brian Goldstein, el capo de Manoa Botanicals, ha declarado al Honolulu Star que están más que listos para operar: “Es muy emocionante, pero aún tenemos que cumplir algunas normas. No podremos vender hasta que estemos certificados por el laboratorio, y no sabemos cuándo va a pasar”.

Teri Gorman, de Maui Grown Therapies, ha dicho que sus instalaciones necesitan una inspección más del estado antes de recibir luz verde para cultivar: “Estamos muy felices de haber llegado hasta aquí, pero aún no hemos terminado, necesitamos dar un gran paso para poder crecer”. El Departamento de Salud ha dicho que está revisando dos nuevas aplicaciones.

Aloha Green está a días de abrir el primer dispensario en Honolulu. Nos han dicho que su medicina estará libre de pesticidas y será cultivada de forma orgánica. “El tratamiento de un enfermo crónico no tiene que ser desagradable ni sintético, con efectos secundarios; en Aloha Green tenemos buena medicina. Nuestro equipo es de aquí, todos somos cien por cien de Oahu. Siempre contratamos a gente local, para tener el dinero, el conocimiento y el trabajo entre nosotros, dentro de la comunidad”.

Peligro recreativo

Max H es un canadiense que visita Hawái frecuentemente por sus playas, torneos deportivos, chicas en bikini y música en vivo. “A pesar de que es ilegal, es fácil conseguir marihuana, pero hay que tener mucha discreción para no pasar un mal rato con la poli. No es inusual oler el humo de maría en público, sobre todo en las playas y parques, pero hay que usar el sentido común y la cortesía. Mejor que nadie se entere de que estás fumando; mejor hacerlo con colegas y pillar con gente de confianza. Hay que estar al loro”, nos advierte Max, quien siempre tiene uno o dos porros listos para obsequiar a algún incauto.

Si no eres paciente, la marihuana es considerada ilegal y lleva consigo un castigo penal. Si tienes menos de una onza, la multa es de mil dólares y un posible encarcelamiento de hasta treinta días. Si eres sorprendido con más de una onza, la pena sube a dos mil dólares y hasta un año de cárcel. Más de una libra, nada te salvará de la prisión por cinco años y diez mil dólares de multa. De igual manera, si te agarran manejando un vehículo bajo la influencia del cannabis, ten por seguro que te tocará talego y récord criminal.

Hawái está entre los primeros diez lugares de consumo de cannabis de Estados Unidos. En este conjunto de islas viven más de un millón y medio de personas, solo un diez por ciento son de origen nativo, unas cien mil personas, y la mayoría son asiáticos: filipinos, chinos y japoneses. En el 2013, la legislatura estatal introdujo cinco propuestas para legalizar o descriminalizar la yerba, reduciendo la posesión a una multa civil y removiendo los periodos de cárcel. Todas las propuestas fueron derrotadas por el conservadurismo asiático y blanco en la Cámara. Hawái es gobernado desde el continente.

Hawái es un paraíso al cual le han sido negados sus tradiciones y su modus vivendi, como en el caso de la marihuana. Esperemos que pronto se convierta en un destino donde todos, incluidos los turistas, puedan consumir y la normalización se respire entre los humos del Mauna Loa.

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #237

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