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Indiana: estancada en el tiempo

Indiana es un estado mayormente blanco. Su población ronda los siete millones de personas, de las cuales menos del diez por ciento son negros. Los latinos también son pocos, así que predominan los blancos protestantes, que tienen prohibida hasta la marihuana medicinal. Sin embargo, en la capital del estado tiene su sede la Primera Iglesia del Cannabis.

Enclavado entre el progreso que lo rodea y el conservadurismo que lo permea, este estado del llamado Medio Oeste tiene al norte Michigan y al oeste Illinois, ambos ya con sendos programas de legalización en práctica. En cambio, al sur colinda con Kentucky y este, con Ohio, que son bastante retrógradas. Aquí en Indiana se decantan más por el estancamiento y, aunque organizaciones sociales quieran ya no digamos legalizar sino descriminalizar el cannabis, siempre hay cosas más importantes en los congresos locales y todas las iniciativas han muerto en el intento. “Esto no es una prioridad para la gente, tampoco lo es para los líderes de Indiana”, dijo Jaime Zerbe, de Enfoques Inteligentes para la Marihuana, quienes han impulsado la despenalización de la marihuana, pero se oponen firmemente a su legalización.

Indiana es un estado mayormente blanco, su nombre, aunque signifique ‘lugar de indios’, no es así, pues su población nativa es de menos del uno por ciento de la población. Indiana ronda los siete millones de personas, de las cuales menos del diez por ciento son negros. Los latinos también son pocos, así que predominan los blancos protestantes, que tienen prohibida hasta la marihuana medicinal. Bueno, en realidad sí hay algunas condiciones en que la ley permite el uso del CBD, como para tratar la epilepsia. 

El líder de la minoría de la Cámara de Representantes de Indiana, Phil GiaQuinta, afirmó que su grupo parlamentario seguirá explorando otras vías para legalizar la marihuana medicinal. “La marihuana medicinal fue un tema de gran interés en esta sesión legislativa, en gran parte debido a la disposición del gobernador Braun a legalizar el cannabis medicinal. Seguiremos intentándolo. También existe un proceso de enmiendas que siempre podemos, si surge la oportunidad, llevar a cabo, porque nuestro grupo parlamentario lo apoya plenamente”, dijo GiaQuinta. Pero ya se ve difícil que este año se haga una reforma. 

Lógicamente, el cannabis es ilegal para uso recreativo. La posesión de cualquier cantidad constituye un delito menor de clase B, castigable con hasta ciento ochenta días de prisión y una multa de hasta mil dólares. La venta o el cultivo de más de diez libras o dentro de mil pies de una escuela resultará en una pena mínima de dos a ocho años y una multa de diez mil dólares. 

Ha habido pequeños avances en materia de libertad. En el 2019 se despenalizó la posesión de una onza (28 g) de marihuana o menos en el condado de Marion. La Fiscalía anunció que ya no perseguirán casos por posesión de menos de una onza: “¡Qué pereza!”. Pero esto no significa que sea legal ni mucho menos. 

Iglesia fumeta

En Indianápolis, la capital del estado, que alberga casi el millón de personas y al condado de Marion, tiene su sede la Primera Iglesia del Cannabis, fundada en 2015 y cuyo sacramento principal es la marihuana, pero que tristemente no la pueden usar por las leyes arcaicas del estado. 

Fue fundada por Bill Levin: “Si el cannabis nos ayuda a comunicarnos con nosotros mismos, con nuestros amigos y con las deidades superiores, no hay razón para que no celebremos juntos la gran aventura de la vida con el cannabis”. Levin se crió en un hogar judío, representó a bandas de punk, se postuló a cargos políticos, fundó numerosos negocios y viajó por el mundo. Es un icono de la contracultura en una ciudad poco conocida por esa escena. Fundó su propia organización promarihuana, ReLegalize Indiana. Se presentó a dos contiendas políticas con la legalización de la marihuana como piedra angular de su plataforma. En el 2011, recibió más de diez mil votos para un escaño general en el Consejo Municipal-Condal. También se postuló para representante estatal, pero perdió contra el demócrata en el cargo. 

Poniendo a prueba los límites de la libertad religiosa, esta iglesia fue creada en respuesta a la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa de Indiana, y abrió sus puertas el mismo día en que la ley entró en vigor. “Así vivo, y tengo más fe en esta religión que en cualquier otra –declaró Bill Levin a IndyStar en el 2015–. Este es mi estilo de vida. Es el estilo de vida de millones de personas”. 

Aunque el grupo no puede usar el sagrado sacramento, sus servicios los miércoles empiezan con un pequeño sermón, una discusión de los miembros generalmente en torno a las bondades de la planta y también reafirman su adhesión a sus doce mandamientos. Básicamente, se refieren a la igualdad, a ser felices y positivos, a ayudar, a comer bien, en resumen, a ser una buena persona, y al doceavo mandamiento, que dice así: “El cannabis, la planta curativa, es nuestro sacramento. Nos acerca a nosotros mismos y a los demás. Es nuestra fuente de salud, nuestro amor, que nos cura de la enfermedad y la depresión. Lo acogemos con todo nuestro corazón y espíritu, tanto individualmente como en grupo”. 

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #329

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