Lo que haría la presidenta Hillary Clinton con la marihuana
En teoría es una mejor opción que Trump, pero solo porque podría traer un poco de mayor estabilidad debido a la volatilidad de su contrincante.
En teoría es una mejor opción que Trump, pero solo porque podría traer un poco de mayor estabilidad debido a la volatilidad de su contrincante. Sin embargo, la primera candidata a la presidencia también está envuelta en controversias, como su papel en las agresiones a Libia, Irak y Afganistán; los cuerpos de disidentes que han aparecido a su alrededor, sus pugnas de poder, y todos los casos de corrupción en que ella, su marido –el expresidente Bill Clinton– y su Fundación están involucrados. En fin, “Hellary” es tan belicosa y cruel como podría resultarlo Trump, y seguir las políticas de Obama no garantizará la paz mundial, ya que sabemos que ha sido un presidente, como todos sus predecesores, que ha conducido intervenciones militares con matanzas a civiles (con drones incluidos) y ha seguido la política armamentista de proveer armas a todos los grupos en el Medio Oriente, desde Arabia Saudita hasta los rebeldes de Siria, que se convertirían en el temido ISIS.
Este verano se trató de remover un gran obstáculo para la investigación científica de la marihuana, al intentar reclasificar la marihuana de Clase I a Clase II. Por muchos años y por extraño que parezca, la Universidad de Mississippi es la única institución autorizada a cultivar marihuana para fines de investigación médica o científica. La infame DEA ha decidido no reclasificar la marihuana. El zar de la agencia, Chuck Rosenberg, ha dicho que la decisión está basada en la ciencia. “La decisión no está basada en el peligro, sino en que la Food and Drug Administration (FDA) ha determinado que no es una medicina segura y efectiva y no existen tratamientos en Estados Unidos”. A pesar de que aún no se cierra la puerta para que otras universidades puedan cultivar la planta para fines investigativos, la decisión es desafortunada e incomprensible. La política que incrementaría el flujo de material disponible para que los profesionales pudieran comprobar científicamente los beneficios de la marihuana ha sido denegada; el cannabis se usa para tratar varios padecimientos en la mitad de los estados de la Unión Americana. El conocimiento empírico respaldado por algunos estudios parece demostrar que el cannabis es la panacea para muchos enfermos. Son necesarios más estudios.
La marihuana es considerada como una droga Tipo I bajo el Acta de Sustancias Controladas, junto con la heroína y el LSD, mientras que drogas más letales y mucho más adictivas son reguladas bajo el Tipo II, como las metanfetaminas y el oxicodona lo que permite su investigación y desarrollo, que poco ha hecho por evitar todas las muertes por sobredosis de oxicodona y otros opiáceos sintéticos.
La Administración del presidente Obama ha relajado más las leyes y ha declarado que no ve la marihuana más peligrosa que el alcohol, y ha instruido al Departamento de Justicia que deje a los estados regular sus leyes cannábicas. También ha perdonado sentencias injustas de cárcel a muchos marihuanos. Sin embargo, cuando se le preguntó por qué no reclasifica el cannabis, Obama dijo: “Si me das una ley en mi escritorio seguramente la firmaré”. Incluso gente dentro del partido demócrata le ha pedido que la reclasifique, a lo que ha respondido “Si se sienten tan seguros pónganla a votación y veremos qué pasa”. Siempre le echa la bolita al Congreso.
Parece muy improbable que Hillary dé marcha atrás a las políticas de liberación del cannabis, al contrario, en su campaña ha dicho que reclasificará la marihuana para que pueda ser estudiada. “La marihuana ya se usa con fines medicinales a través del país y tiene potencial para muchos usos médicos”, dijo Maya Harris, una consejera de Clinton, quien asegura que la candidata está de acuerdo en reclasificarla para hacer más fácil su estudio y entender tanto sus beneficios como sus efectos colaterales.
Estos son los tres puntos principales en la página de internet de su campaña sobre qué hacer con la marihuana:
- Enfocar los recursos federales en crímenes violentos y no en la simple posesión de marihuana. La mayoría de los arrestos de drogas son por simple posesión y principalmente los arrestados son de raza negra y latina.
- Dejar a los estados que hagan cumplir sus leyes y actúen como laboratorios de la democracia, siempre y cuando se adhieran a ciertas prioridades específicas, como el no vender a menores, que no se conduzca intoxicado y que se mantenga al crimen organizado fuera de la industria.
- Reclasificar la marihuana. Hillary apoya la marihuana medicinal y permitirá a los estados que tienen marihuana recreacional legal seguir con sus ventas.
“Lo he dicho antes de que la DEA sacara su veredicto: quiero mover el cannabis del Tipo I, ya que, como comprenderán, no se puede hacer investigaciones ni nada. Eso está mal. Tenemos suficiente evidencia sobre lo que la marihuana puede hacer en ciertas condiciones médicas como aliviar el dolor. Necesitamos seguir haciendo investigación porque estoy cien por cien a favor de los usos médicos de la marihuana”, ha dicho Hillary.
La señora Clinton ha mostrado una fuerte intención de reformar el sistema penitenciario: está a favor de mayores programas de rehabilitación y reducir las sentencias por simple posesión a través de juicios especiales. La marihuana triunfará pese a la falta de confianza que nos puedan dar personajes como Hillary o su estrambótico contrincante, Donald Trump.
Mientras Arizona, California, Maine, Massachusetts y Nevada votan por legalizar la marihuana y unirse a Colorado, Oregón, Alaska y Washington, una encuesta de la Universidad de Quinnipiac encontró que el cincuenta y cuatro por ciento de los votantes registrados están a favor de legalizar la marihuana, mientras que un abrumante ochenta y nueve por ciento está a favor de legalizar la marihuana medicinal.