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Oigan, ¿y el CBD?

No es que esté tan de moda ni que se nos haya olvidado, pero sí podemos afirmar que ha sido un gran logro del activismo cannábico la explosión que ha tenido en los círculos de salud alternativa, y cada vez más personas se benefician de sus propiedades medicinales. 

¿Ya se nos olvidó el CBD? Tal vez porque ya se normalizó su uso o porque la Policía dejó de perseguir la marihuana en Norteamérica, salvo en algunas regiones fascistas de Estados Unidos y conservadoras de México, pero ya no les preocupa perseguir a los usuarios del CBD, ya que lo usan hasta sus abuelitas. Bueno, exagero, no es que esté tan de moda ni que se nos haya olvidado, pero sí podemos afirmar que ha sido un gran logro del activismo cannábico la explosión que ha tenido en los círculos de salud alternativa, y cada vez más personas se benefician de sus propiedades medicinales. 

El siguiente paso −creo yo− sería asegurarnos de que los cientos de empresas y personas que están haciendo CBD produzcan una calidad estándar, porque hemos visto que en algunas farmacias de México venden CBD con 25 mg o 50 mg, que realmente es una broma; un frasco con una fórmula tan endeble no va a aportar ningún beneficio para nuestra salud. En el caso contrario, hay CBD que puede contener hasta un veinte por ciento de THC, lo que ya provocaría un viaje no deseado para algunas personas. Por eso es importante una regularización en que los consumidores puedan saber exactamente qué se están metiendo y puedan escoger los porcentajes que mejor funcionen para ellos. Afortunadamente, esto sucede en la mayoría de los estados con legalizaciones comprensivas, como California, Oregón, Washington, Colorado, etc. Este control de sustancias se debe de aplicar para las diferentes presentaciones, como cápsulas, aceites, gomitas, paletas e, incluso, flor. 

El CBD es una de las sustancias de la planta Cannabis sativa, un compuesto natural que supone el principal componente de la flor resinosa del cannabis y que no contiene THC. Hay estudios que asocian el consumo de CBD con la mejora del sueño, una mejor cicatrización o una reducción de la tensión arterial. Es decir, contiene muchas propiedades medicinales del cannabis sin ponernos a volar, por lo que es utilizado por miles de personas de la tercera edad. El CBD reacciona con nuestro sistema endocannabinoide regulando nuestras funciones vitales, ayuda a tener un equilibrio en nuestra salud mediante la homeostasis que provoca en nuestros sistemas. Su uso más milagroso o dramático es el de controlar los ataques de epilepsia; sus resultados son casi instantáneos, como si calmara la tormenta cerebral que sucede durante un episodio epiléptico. 

Pero ¿qué hay de la legalidad?

Pues en Canadá se vende abiertamente en todo tipo de presentaciones. En Estados Unidos se puede conseguir en todo el territorio con restricciones en los estados fachas. Mackenzie Slade, directora de Cannabis Public Policy Consulting, refirió para Forbes: “El CBD es técnicamente un cannabinoide psicoactivo, pero cuando se deriva de plantas de cáñamo, el componente psicoactivo es muy, muy bajo −dice−. Si bien el CBD no te drogará, los estudios indican muchos beneficios potenciales, incluida la posibilidad de mitigar los síntomas de depresión y ansiedad, aliviar el dolor y proteger contra algunas enfermedades neurológicas”. 

Slade dice que la legalidad del CBD está en un área gris. A nivel federal, el CBD derivado del cannabis se considera una sustancia de la Lista 1 y es ilegal, pero el CBD derivado de una fuente de cáñamo que contiene menos del 0,3% de THC en peso seco no es ilegal porque el cáñamo no es una sustancia controlada. “[Esta distinción se llama] regla de origen, porque el propio CBD no está identificado en el programa de la Ley de Sustancias Controladas”, dice Slade. Es ilegal vender productos de CBD que no estén aprobados por la FDA, o sea, la mayoría. 

Los siguientes estados tienen una legalización completa del CBD en todas sus presentaciones, son diecisiete: Alaska, Arizona, California, Colorado, Connecticut, Illinois, Maine, Massachusetts, Míchigan, Montana, Nevada, Nueva Jersey, Nueva York, Oregón, Vermont, Virginia y Washington. 

El resto de los estados tienen restricciones, es permitido, pero bajo ciertos parámetros, por ejemplo, en algunos estados cuando no contenga más del 0,3% de THC y en otros en el caso de que no contenga nada. En lo personal, prefiero un CBD de espectro completo con un porcentaje de THC de tal vez el 15% para mantenerse saludable. Eso no lo podría obtener en Alabama y hasta podría llegar a pisar el talego y pagar cientos de dólares por buscar una medicina más efectiva. 

Veinte estados requieren una licencia para poder comprar y consumir CBD. Es como un paso extra a tener una receta médica. Los pacientes que pueden tener una licencia tienen muchas limitaciones, y los criterios para expedir una licencia son muy duros y restrictivos. 

Resultaría muy tedioso poner los testimonios de la gente que ha cambiado su vida gracias al CBD, desde ansiedades paralizantes hasta epilepsias. El CBD ayuda a equilibrar las funciones del cuerpo; resulta incomprensible que aún tenga limitaciones legales en tantos lugares de Norteamérica. ¡No te olvidamos, CBD!

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #319

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