Puerto Rico: entre la restricción monetaria y los visos de libertad
El estatus legal de la isla de Puerto Rico es la de Estado “Libre” Asociado de Estados Unidos, lo que significa que es propiedad del imperio moderno.
El estatus legal de la isla de Puerto Rico es la de Estado “Libre” Asociado de Estados Unidos, lo que significa que es propiedad del imperio moderno.
Es una colonia que ha sido explotada hasta el hartazgo y, por ende, la pobreza ya es parte de su día a día. La isla tiene una deuda impagable y las medidas de austeridad impuestas solo muestran racismo y desdén hacia los habitantes de Puerto Rico. Para muestra, un botón: los que manejan los hilos desde Washington DC han decidido bajar el salario mínimo a los jóvenes boricuas. El Congreso de Estados Unidos podría reducir el salario de los puertorriqueños que tengan veinticinco años o menos a 4,25 dólares la hora de los 7,25 dólares del mínimo federal que reciben ahora. Esta medida sería devastadora; según El Instituto de Estadísticas en Puerto Rico, el coste de vida es un 13% más alto que en el resto del país. Esta situación producirá mayor pobreza, lo que va a generar más narcotraficantes y pandillas que buscan en la economía informal ganancias que no se reportan. Ya existen vecindarios en San Juan donde la policía ya ni entra, como en La Perla, también famoso por su mercado de estupefacientes. En estas condiciones siempre habrá acólitos dispuestos a trabajar para los narcos para escapar de la miseria. La pobreza produce mercado negro de drogas, contrabando, violencia, tráfico de menores y lo menos grave, que serían las migraciones masivas.
Las leyes de marihuana en el Estado Asociado no hacen nada por ayudar tampoco. La posesión de marihuana es ilegal y te pueden encarcelar por tres años más su correspondiente multa; si te vuelven a pillar, se dobla el castigo, y si creen que estás vendiendo, podrías ser sentenciado a doce años y hasta 20.000 dólares de multa. Para un puertorriqueño, fumarse un porro puede mandarlo a la cárcel y destruir su vida.
A pesar de este panorama tan gris, que hace ver la bancarrota griega como un paseo por la playa, aún hay alguna buena noticia en el territorio boricua. La marihuana medicinal ya es legal en Puerto Rico, y se puede usar en pastillas, gotas orales, inhaladores, cremas, vaporización, supositorios, parches, productos comestibles, flor de cannabis y cualquier otro medio autorizado por el Departamento de Salud.
El gobernador, Alejandro García Padilla, ha estado presionando para reformar las leyes de la marihuana desde hace tiempo. El pasado año firmó una orden ejecutiva para legalizar la marihuana medicinal, y ahora ya es una realidad. En cuanto a la recreacional, ha pedido por su legalización en su último discurso, diciendo que es una lástima que una ley que descriminalizaría la marihuana en el 2013 no fuera aprobada. “Creo que el crimen bajaría y podríamos dejar de ser hipócritas”, ha dicho. Padilla firmó otra orden ejecutiva aconsejando a los jueces que no encarcelen a la peña que agarre la policía con menos de 6 gramos. Padilla también ha perdonado a Jeremy Ruiz Tomassini, quien fue sentenciado a cuatro años de cárcel por fumar marihuana cerca de una escuela. Tomassini estuvo un año en prisión y, gracias a la presión de los activistas, especialmente de la organización Free Juana, por fin se le ha liberado. Es una buena señal, que sugiere que las cosas podrían estar cambiando. Esperemos que el que quede como el nuevo gobernador tenga una mente abierta, y que el Congreso del estado siga el consejo de Padilla y descriminalice.
La economía está en declive y la deuda ya alcanza los 70 billones de dólares. Padilla ha dicho que una legalización ayudaría a pagar la deuda y las cárceles se vaciarían. Las fuertes declaraciones del futuro exgobernador ya llegan tarde, pues ha anunciado que no buscará la reelección.
El proceso de la legalización de la marihuana medicinal comenzó el 3 de mayo de 2015, cuando el gobernador firmó la Orden Ejecutiva Número OE-2015-10, a partir de la cual el Departamento de Salud redactó un reglamento que fue aprobado finalmente el 28 de diciembre del pasado año. Mediante dicha orden se movió el cannabis de la Clasificación Núm. I de la Ley Núm. 4, a la Clasificación II de dicha ley.
Además de poder ser utilizada para tratar condiciones médicas, se podrán llevar a cabo investigaciones científicas relacionadas con el uso medicinal de la planta. Los pacientes podrán tener hasta 2,5 onzas de cannabis medicinal. El gobierno dará licencias para cultivadores y tendrá laboratorios para probar que la medicina contenga la dosis adecuada y esté libre de contaminantes. El secretario de Asuntos Públicos, Jesús Manuel Ortiz, ha dicho que el sistema estará en pie para fin de año.
En cuanto a la marihuana recreacional, si uno es turista, los policías son tolerantes, ya que el turismo es la única fuente de ingresos segura tanto para el comercio formal como para el informal. Los extranjeros que son agarrados pueden hablar en su idioma o fingir demencia. En la mayoría de los casos, se les dejará libres para poder fumar a gusto en una de las paradisiacas playas de la isla ocupada por el imperio yanqui.