La edición pasada hablamos de los estados que ganaron el derecho a consumir marihuana lúdicamente: Arizona, Nueva Jersey, Dakota del Sur y Montana. Pero el 3 de noviembre, en Oregón, sucedió algo aún más sorprendente. Este estado de la Costa Oeste se convirtió en el primero en descriminalizar la posesión de las drogas callejeras como la cocaína, la heroína y la metanfetamina a través de la medida 110. Es un gran logro, ya que se puede atacar la drogadicción desde el punto de vista médico y no criminal.
El electorado también pasó, con la medida 109, una iniciativa para legalizar el uso de los hongos mágicos para tratar enfermedades mentales a partir del primero de febrero de este año que comienza. La iniciativa evitará que la gente que posea pequeñas cantidades de drogas duras vaya a juicio o a la cárcel. En lugar de cargos criminales, tendrán que pagar una multa de cien dólares y atender un programa para recuperarse de las adicciones similar al que existe en Portugal.
Los centros de tratamiento serán pagados por las ganancias generadas de la venta de la marihuana, que, como ya sabemos, pulula en Oregón desde hace algunos años. “Esta victoria es una declaración sin precedentes que nos dice que ha llegado el momento de parar completamente la criminalización de la gente por usar drogas”, refirió Kassandra Frederique, directora ejecutiva de Drug Policy Alliance, que fue una de las patrocinadoras de la medida. Tiene razón. La drogadicción no distingue la ilegalidad, y lo vemos con los miles de adictos a los ansiolíticos y barbitúricos que se consiguen de forma legal. La ilegalidad generalmente viene asociada con el factor criminal en varias facetas, desde los pequeños robos hasta el narcotráfico a gran escala, que incluye asesinatos.
Descriminalizar las drogas duras también permite que los usuarios puedan tratarse como un problema de salud, por lo que la medida también fue patrocinada por algunas asociaciones médicas y de enfermeras, al igual que por el Partido Demócrata del Estado.
La campaña “Sí a la medida 110” estuvo patrocinada entre otros por la ya conocida Drug Policy Alliance, con sede en Nueva York, y que también fue artífice fundamental en la legalización recreativa de la mota en el Estado en el 2014. El grupo se gastó tres millones y medio de dólares juntando firmas para poder llevar la medida a las casillas, una tarea monumental que conllevó la movilización de cientos de personas. La doctora Marianne Parshley –la gobernadora del Colegio Americano de Médicos de la rama de Oregón– refirió: “Estamos patrocinando la medida 110 porque hemos observado, desde el punto de vista médico, lo que sucede con las familias y los pacientes en esta crisis de opioides; la gente de escasos recursos tiene mayores índices de VIH y hepatitis C y, por supuesto, corren mayor riesgo de sufrir una sobredosis letal”.
La medida 110 reescribe la fórmula para distribuir el impuesto sobre la venta del cannabis, que, huelga decirlo, ha traído más de lo esperado a las arcas del Estado. Habrá un recorte para algunos programas y limitará los subsidios para los perceptores a cuarenta y cinco millones de dólares por año como máximo. Las escuelas serán las más afectadas, ya que reciben el cuarenta por ciento del dinero a través del Fondo Escolar Estatal; estas verán reducido su financiamiento para el período 2021-23 en setenta y tres millones de dólares. Asimismo, verán reducidos sus apoyos el Departamento de Salud, los gobiernos locales, la policía y demás programas. No se sabe a ciencia cierta dónde irá el dinero que se van a ahorrar ni qué programas en específico recibirán estos cortes. La medida 110, aunque otorga libertades, viene asociada con estos recortes a pesar de que la descriminalización de las drogas va a ahorrar dinero al Estado, ya que no habrá arrestos, supervisión a los que salían bajo fianza y, sobre todo, comportará una disminución en costes carcelarios. Se calcula que en ese período (2021-23) habrá un ahorro de unos veinticinco millones de dólares, que se supone se invertirán en programas de tratamiento para adicciones. Pero ¿y lo demás, papá?
Volviendo al tema de los hongos, el estado de Oregón se convierte en el primero en legalizar la psilocibina –el ingrediente activo de los hongos alucinógenos– para uso terapéutico. Como hemos informado, la microdosis se ha puesto de moda para tratar depresiones. La medida requiere que la autoridad de Salud de Oregón permita la producción y posesión de psilocibina autorizada. El programa tendría un período de desarrollo de dos años, y al final se contará con una red de proveedores y pacientes que se beneficiarán con el programa medicinal; pero ya sabemos lo que pasó cuando se inició con programas de marihuana medicinal: muchos se declararon enfermos para poder acceder a la medicina. ¡Seguimos en la lucha!