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¿Son perjudiciales las bebidas energéticas?

Dicen que hay tres drogas que no solo tienen el rol privilegiado de ser permitidas por la ley, sino que su consumo se promociona por el mismo estado, para perpetuar y proteger el ciclo del capitalismo. El café, para mantenernos productivos durante la jornada laboral; el alcohol, para que olvidemos nuestras penas fuera del trabajo, y el tabaco, para atarlo todo junto en un bonito pack. De estas tres, el café es la tradición más joven (hace unos quinientos años que lo bebemos), pero es una de las que están más arraigadas en nuestra rutina diaria. Junto con el café, proliferan actualmente numerosas bebidas energéticas que tienen en la cafeína su ingrediente más reconocible. Pero ¿son perjudiciales estas bebidas energéticas? Y, si es así, ¿lo son por la cafeína que contienen?

Para muchos, efectivamente, el invento de la bebida energética consiste en un preparado mucho más peligroso que el venerado néctar marrón. Mucha gente argumenta que, en efecto, estas bebidas son mucho más perjudiciales para la salud que el café u otras bebidas parecidas como el té o el mate.

Conviene empezar estableciendo una base en la que compararemos las bebidas energéticas con el café. ¿Es el café sano? Aunque no existe un consenso total, los expertos parecen estar de acuerdo en que el consumo diario de café en cantidades moderadas (tres a cinco tazas o 400 mg de cafeína) tiene efectos positivos para la salud. La gente que toma café en estas cantidades tiene menor incidencia de enfermedades cardiovasculares, infartos y embolias. Además, parece ser que reduce el riesgo de tener diabetes, cirrosis y cáncer de hígado.

No obstante, estos beneficios no tienen por qué ser causados por la cafeína y, de hecho, se sospecha que los responsables son unos compuestos llamados polifenoles, que son una familia de antioxidantes presentes en la planta del café. Aunque las bebidas energéticas no contienen polifenoles, sí contienen otros antioxidantes. La mayoría de estas bebidas tienen una composición similar: cafeína, taurina, vitaminas B y mucho azúcar. Entonces, ¿qué pasa con ellas?, ¿son algunos de estos ingredientes particularmente peligrosos y justifican la mala reputación que las bebidas energéticas han acabado ganándose?

Buscando un culpable

Para empezar a responder esa pregunta, examinemos el elemento común entre el café y las bebidas energéticas: la cafeína. Aunque genera dependencia, y cesar su consumo de forma repentina provoca efectos dignos de ser categorizados como síndrome de abstinencia, su consumo no parece incrementar notablemente los riesgos a largo plazo de sufrir problemas cardíacos o causar cáncer. Si alguien padece de úlceras u otros problemas digestivos, la cafeína los agrava, pero podemos estar de acuerdo en que este compuesto no es el ingrediente culpable que buscamos.

El siguiente compuesto de la lista es la taurina. Aunque esta sustancia es la protagonista de varias leyendas urbanas (no, no proviene de ninguna extremidad de los toros), en realidad es básicamente un aminoácido. Igual que nuestros amados polifenoles, actúa como antioxidante, y se encuentra de forma natural en la carne, el pescado, productos lácteos y en la leche materna humana. Aunque los estudios sobre la taurina no producen resultados homogéneos, parece ser que mejora el rendimiento deportivo, y es posible que también el rendimiento cognitivo. Con respecto a riesgos, no presenta ninguno fácilmente detectable.

Entonces, continuamos con el siguiente ingrediente, las vitaminas B. Las bebidas energéticas contienen entre el 82% y el 429% de la cantidad diaria recomendada de diferentes vitaminas de la familia B, específicamente vitaminas B6, B12, niacina y ácido pantoténico. En general, las dosis muy elevadas de estas vitaminas no están vinculadas a efectos secundarios negativos. Sin embargo, en una persona sana, estas dosis tampoco están vinculadas a efectos positivos obvios. Cuando hay una deficiencia de estas vitaminas, su ingesta contribuye a una mejora en el metabolismo celular y proporciona una sensación de tener más energía. A nivel biológico, la función de estas vitaminas es reducir la inflamación y los daños causados por el estrés oxidativo pero, igual que en los dos casos anteriores, no encontramos evidencia de efectos negativos importantes.

¿Y el azúcar?

Ya solo queda un ingrediente a evaluar y, como los demás ingredientes han sido absueltos de culpa, sería lógico pensar que este último ingrediente, el azúcar, es el responsable de los efectos negativos y los peligros de las bebidas energéticas. Todo apunta a que el azúcar es el mayor contribuyente a estos efectos, sobre todo teniendo en cuenta la sorprendentemente alta cantidad que suelen contener las bebidas energéticas. Una lata de 250 mL contiene unos 27 g de azúcar (aproximadamente, la misma cantidad que en siete terrones de azúcar). Como referencia, la OMS recomienda no ingerir más de 25 g de azúcar al día. Un estudio reveló que tomar una o dos raciones de bebidas azucaradas al día está asociado a un incremento del 26% sobre el riesgo de desarrollar diabetes. También está asociado a problemas renales, sobre todo cuando se toma con mucha frecuencia y/o cantidad. Conviene tener en cuenta que la cola contiene aproximadamente la misma concentración de azúcar, por lo que este ingrediente no necesariamente justifica la mala fama que se han ganado las bebidas energéticas. Sin embargo, no las estamos comparando con la cola, sino con el café, un líquido que casi no contiene azúcar, a menos que se le añada.

Si contemplamos todos los efectos que tiene cada ingrediente individual, además del efecto acumulativo de tomarlos todos a la vez, y los comparamos con los del café solo, no es descabellado concluir que las bebidas energéticas tienen un mayor potencial de causar daño. Su consumo crónico puede causar complicaciones de salud notables, aunque su uso ocasional no está vinculado a un claro peligro. Como es el caso de muchas otras cosas, conviene conocer todos los aspectos, tanto positivos como negativos, que envuelven a las bebidas energéticas, y decidir con plena conciencia cómo actuar.

Referencias

https://en.wikipedia.org/wiki/History_of_coffee#History
https://www.nytimes.com/2020/02/13/style/self-care/coffee-benefits
https://www.cnet.com/health/is-caffeine-really-bad-for-you
https://www.mayoclinic.org/healthy-lifestyle/nutrition-and-healthy-eating/expert-answers/taurine/faq-20058177 https://www.consumerreports.org/cro/news/2009/11/q-a-are-megadoses-of-b-vitamins-dangerous/index.htm https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6316433/
https://share.upmc.com/2014/11/sugar-content-comparisons-much-food/
https://www.healthline.com/nutrition/red-bull-side-effects#side-effects

 

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #280

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