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Cuando se trata de combatir las plagas de las plantas, muchos cultivadores se enfocan en el uso de insecticidas químicos, pero esta estrategia no siempre es efectiva y puede tener consecuencias peligrosas para la salud. Por ello, es importante que los cultivadores sean conscientes de que existen otros métodos para controlar las plagas de forma ecológica y evitar el uso de químicos tóxicos.
Prevención
"Es importante no excederse con los abonos, ya que el exceso de fertilización atrae a las plagas"
Para tener éxito en la gestión de plagas, es necesario combinar el uso de insecticidas ecológicos con ciertas prácticas de cultivo en lo que llamamos gestión integral de plagas. Es importante aumentar la distancia entre plantas, ya que si crecen muy juntas el aire no circula entre ellas, lo que aumenta el riesgo de que aparezcan plagas como la mosca blanca; además, en plantaciones muy densas, los bichos pasan de planta en planta a través de las ramas que se tocan entre sí. También eliminaremos cualquier hoja infectada por bichos u hongos: hay que cortarla y sacarla del cultivo para que no contagie a otras; a veces, si solo hay una planta afectada, es preferible eliminarla completamente para evitar que se propague a las demás.
Las ramas más bajas, sobre todo cuando están plantadas en el suelo en exterior, pueden rozar con la tierra y convertirse en focos de infección para las plantas. En días de lluvia se mojan y se manchan de barro, así que los hongos tienen más facilidad para asentarse y extenderse luego al resto de la planta. Muchos bichos también pueden subir aprovechando las ramas más bajas, por lo que es buena idea podarlas desde el principio dejando la parte más baja del tallo entre 20 y 40 cm, dependiendo del tamaño de la planta, libre de ramas.
Es importante no excederse con los abonos, ya que el exceso de fertilización, especialmente de nitrógeno, puede llevar a las plantas a crecer demasiado rápidamente y desarrollar unos tejidos que son el blanco preferido de plagas como el pulgón y hongos como el oídio o la botritis. Los cultivadores que abonan en exceso pueden perder una buena parte de su cosecha a causa de los hongos y, al final, obtener una menor cantidad de cogollos que si hubieran sido más comedidos con el fertilizante.
Otra técnica importante es escoger genéticas resistentes. No todas las plantas tienen la misma propensión a sufrir ataques de plagas, por lo que es importante seleccionar variedades más resistentes. Las plantas sanas y vigorosas también son menos propensas a sufrir ataques, por lo que es importante mantenerlas bien alimentadas y cuidar su salud.
Insecticidas recomendados
"El jabón potásico es un insecticida ecológico eficaz contra cochinillas, arañas rojas, trips, mosca blanca y pulgón·
Existen varios insecticidas ecológicos que pueden ser utilizados en el cultivo de cannabis. Uno de los más efectivos es el aceite de nim, que tiene propiedades de contacto pero también es algo sistémico y penetra en el interior de la planta, distribuyéndose por los tejidos. Es ideal para los insectos que muerden las hojas, y aunque su efecto no es inmediato, es un gran preventivo, ya que repele a los bichos. Se recomienda su aplicación una vez por semana desde que las plantas son jóvenes contra pulgones, moscas blancas, minadores y trips. La dosis recomendada es de 1 a 2 ml/l.
Las piretrinas son otro tipo de insecticida ecológico que se extraen de la planta del piretro (Tanacetum cinerariifolium). Provocan la parálisis casi inmediata del insecto y su muerte en poco tiempo. Su degradación es muy rápida bajo la luz solar y se completa en un par de días. La mayoría de los insecticidas con piretrinas se usan a dosis de 1-2 ml/l, pero siempre hay que guiarse por las indicaciones de la etiqueta, ya que la concentración del producto puede variar entre marcas. La combinación de piretrinas y nim tiene un efecto de más amplio espectro que el uso de cualquiera de ellos por separado.
El Bacillus thuringiensis (BT) es un bioinsecticida fantástico y el mejor aliado contra las orugas. Se trata de una bacteria microscópica que enferma a las orugas y las mata en pocos días. Es muy efectivo contra orugas juveniles, por lo que es recomendable fumigar periódicamente desde el inicio del cultivo. Además, no es tóxico y se puede usar durante toda la floración.
También se pueden utilizar aceites esenciales como insecticidas ecológicos. El aceite de canela es efectivo contra araña roja, mosca blanca, pulgón, trips y cochinillas. El aceite esencial de limón es insecticida y repelente. Por último, el aceite parafínico es un insecticida y acaricida de contacto que recubre las plagas con una capa impermeable que les impide respirar; es muy efectivo contra cochinilla, pulgón, mosca blanca y araña roja.
Los enemigos más habituales
Los pulgones son pequeños insectos que se alimentan chupando la savia de las plantas, causando daños graves, especialmente en plantas jóvenes que han sido sobreabonadas. Para combatirlos, utilizaremos aceite de nim o jabón potásico. La mosca blanca se reconoce fácilmente por su revoloteo en torno a la planta cuando movemos las hojas. Prefieren un entorno cálido y poco ventilado y se agrupan bajo las hojas. Para combatirlas, utilizaremos aceite de nim o piretrinas. La araña roja es una de las peores plagas del cannabis, ya que chupa los jugos de la planta, la debilita y le impide florecer bien. Se reproduce rápidamente en ambientes secos y con falta de riego. Para combatirla, usaremos aceites esenciales de canela o limón, que tienen propiedades insecticidas y repelentes. Las orugas son otra plaga común que vive de comerse los cogollos y puede provocar botritis. Es fácil combatirlas fumigando con Bacillus thuringiensis (BT) cuando son pequeñas, pero las adultas son más difíciles de eliminar. Los caracoles pueden ser peligrosos para las plantas jóvenes, ya que se comen los tallos y las matan en una noche. Para combatirlos, esparciremos cebo antilimacos junto a las plántulas.
Es importante recordar que lo mejor es no fumigar nada durante la floración, pero si no hay más remedio, utilizaremos productos ecológicos y leeremos bien la etiqueta. Hay que respetar siempre el plazo de seguridad entre la aplicación y la cosecha, ya que nuestra salud está en juego.