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Diciembre: cata y revegetación

Autocultivo para mentes sencillas

Diciembre es un mes feliz para los cultivadores: todas las plantas ya están cosechadas; aunque algunas aún siguen en el secadero, la mayoría ya están acabando el curado. Salvo limpiar el área de cultivo y revegetar algunas plantas que queramos conservar para el futuro, la principal tarea este mes es catar la cosecha, evaluar los resultados y planificar la plantación de la próxima temporada. 

Diciembre es un mes feliz para los cultivadores: todas las plantas ya están cosechadas; aunque algunas aún siguen en el secadero, la mayoría ya están acabando el curado. Salvo limpiar el área de cultivo y revegetar algunas plantas que queramos conservar para el futuro, la principal tarea este mes es catar la cosecha, evaluar los resultados y planificar la plantación de la próxima temporada. 

Cannabis para torpes 23.1
Cannabis para torpes 23.2

 

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La revegetación es una técnica poco conocida por la mayoría de los cultivadores que, sin embargo, resulta muy útil en numerosas ocasiones. Son pocos quienes tienen el espacio y los recursos necesarios para seleccionar genéticas de calidad a partir de un gran número de plantas. Idealmente, la mejor forma de conseguir una planta madre de alta calidad es sembrar un montón de semillas de la misma variedad, sacar esquejes de todas ellas mientras aún están en crecimiento y guardar todos estos esquejes en una sala de interior con fotoperiodo de crecimiento (18/6) para que se mantengan en fase vegetativa y no empiecen a florecer. Las plantas de las que provienen estos esquejes se deben cultivar hasta la madurez, cosecharlas, manicurarlas, secarlas, curarlas y catarlas. Solo entonces, analizando la cata junto a los datos del cultivo –producción, resistencia a las plagas y enfermedades, velocidad de floración, etc.–, se puede decidir con claridad qué planta es la mejor y qué esqueje de los que conservamos a 18/6 nos vamos a quedar como planta madre. Como decía, casi nadie puede o quiere hacer este largo proceso. Sin embargo, hay otro método más adaptado al cultivador doméstico habitual que le permite convertir en planta madre la mejor genética de la temporada sin necesidad de haber sacado y guardado esquejes de todas las plantas en primavera.

Aunque esté seco y curado, el cannabis es un producto en continua evolución

La técnica de la revegetación aprovecha una cualidad muy interesante del cannabis: su respuesta a los distintos fotoperiodos. Todos conocemos que las plantas de cannabis crecen cuando el fotoperiodo es de días largos (tipo 18/6) y florecen con noches largas (fotoperiodo 12/12). En cultivos de interior, el cultivador cambia el fotoperiodo según quiere que las plantas crezcan o florezcan, pero en exterior nos adaptamos al fotoperiodo natural sembrando las semillas en primavera para que crezcan mientras los días se van alargando y empiecen a florecer después del solsticio de verano, el 21 de junio, cuando la duración de las noches empieza a aumentar. En el otoño, los días cortos favorecen la floración, pero tras la cosecha las plantas mueren por el frío y las pocas horas de luz. Sin embargo, las plantas tienen la capacidad de volver a ponerse en crecimiento tras la floración si el fotoperiodo es favorable y la temperatura también. Basta meter la planta en interior donde no haga frío y ponerla bajo una lámpara de cultivo con un fotoperiodo de días largos para que revegete. Según mi experiencia, se logran mejores resultados con fotoperiodos de luz continua (24/0) o casi (22/2 o 20/4) y temperaturas de 22 a 26 ºC. Una vez aparezcan los primeros brotes y estos tengan un tamaño y una dureza suficientes, mi consejo es sacar esquejes de la planta revegetada y convertir estos esquejes en la planta madre a conservar, ya que al tener un nuevo sistema radicular son mucho más vigorosos, fuertes y resistentes que la planta original con sus viejas raíces. Las plantas madre se deben conservar siempre bajo fotoperiodo de crecimiento para que no empiecen a florecer. De ellas se sacan esquejes siempre que haga falta y, una vez enraizados, se tratan como plántulas jóvenes. 

Tras la floración
Tras la floración, las plantas mueren, pero esto no tiene por qué ser así.

Cata cannábica

El mundo cannábico ofrece hoy en día una enorme oferta de genéticas diferentes. Por poco dinero, un cultivador puede acceder a cientos de variedades provenientes de todo el mundo: índicas, sativas, feminizadas, autoflorecientes, variedades tradicionales, híbridos de última generación, etc. 

La gama de olores, sabores y tipos de efecto psicoactivo es muy amplia, y hay una variedad adecuada para cada cultivador y para cada momento del día o necesidad terapéutica. Es importante aprender a distinguir las distintas propiedades y escoger la variedad a consumir de acuerdo con lo que queremos. Por ejemplo, las variedades índicas más narcóticas nos dejarán tirados en el sofá, incapaces de movernos ni hacer nada. Este efecto puede ser horrible a primera hora de la mañana, cuando necesitamos ponernos en marcha y hacer cosas, pero es fantástico a última hora, especialmente antes de ir a dormir. Las sativas, por su parte, provocan un efecto muy distinto, mucho más estimulante y despierto, más adecuado para el consumo durante el día, pero solo si se usan dosis bajas en las que el efecto estimulante domina pero no llega a ser tan fuerte como para generar nerviosismo. El colocón de las sativas, especialmente con dosis altas, puede tener un componente casi alucinógeno que es bastante incompatible con la actividad normal de un día laborable, pero puede ser muy atractivo para pasear por el bosque un domingo. 

Las plantas tienen la capacidad de volver a ponerse en crecimiento tras la floración si el fotoperiodo es favorable y la temperatura también

La memoria, sobre todo la de los aficionados al cannabis, no es muy fiable. ¿Quién se acuerda de cómo era una variedad de la cosecha de hace dos años? Es recomendable apuntar en un cuaderno las notas de cata de cada variedad, indicando los datos esenciales, como fecha de plantación y de cosecha, incidencias durante el cultivo, producción en gramos de cada planta, notas de aroma y sabor, tipo de psicoactividad y potencia, etc. No todos los fumetas perciben lo mismo en cada variedad; realizando la cata con amigos se obtiene una información mucho más completa. Al cabo de unos años, ese cuaderno con las notas de cultivo y cata de cada plantación se convertirá en una gran fuente de información sobre las distintas variedades y las técnicas más adecuadas a emplear con cada una de ellas. 

Aunque esté seco y curado, el cannabis es un producto en continua evolución que si no se conserva en condiciones adecuadas va perdiendo potencia y aroma progresivamente. La mejor forma de frenar esta degradación lo más posible es manteniéndolo alejado de los elementos que lo dañan: oxígeno, luz y calor. Para ello, lo más recomendable es conservar los cogollos dentro de recipientes herméticos, sin luz y en un lugar fresco, preferiblemente en la nevera, o en el congelador si queremos conservarlo a largo plazo. 
 

Planta con cogollos
Hay que intentar cortar los cogollos dejando el mayor número posible de hojas en la planta.
Planta madre
Cada planta especial merece convertirse en planta madre.
Bolsas de envasar al vacío
Las bolsas de envasar al vacío son muy prácticas para conservar los cogollos en buen estado.
Manicura
La manicura cuidadosa es un paso esencial para lograr la mejor calidad.
Cogollo seco
Los cogollos secos pierden potencia en contacto con el aire.
Planta sativa
Las sativas en dosis bajas son ideales para consumir durante el día.
Hierba
Cata la hierba pura para percibir los aromas sin la interferencia del tabaco.

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #252

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