Frente a la oposición de sus colegas al nombramiento de Emilia Pardo Bazán como catedrática de Literatura de la Universidad Central de Madrid, Julio Burell, ministro de Instrucción Pública, tuvo el coraje de afirmar: «¡Nadie de los aquí presentes es digno de atar el cordón de su zapato!». Otro caballero, Bartolomé Cossío, escribía en 1908: «La Institución Libre de Enseñanza estima que la coeducación es un principio esencial del régimen escolar, y que no hay fundamento para prohibir en la escuela la comunidad en que uno y otro sexo viven en la familia y en la sociedad... Juzga la coeducación uno de los resortes más poderosos para acabar con la inferioridad actual de la mujer, que no empezará a desaparecer hasta que se eduque no solo como, sino con el hombre». Acerca de Margarita Nelken, Federica Montseny evocaba en 1969: “Era un valor realmente excepcional en cualquier terreno, y valiente en todos los tiempos y en todas las circunstancias. Quizá por eso, porque fue una mujer excepcional, el silencio ha caído sobre ella como una pesada losa”. De las mujeres cuya voz escucharemos en esta asamblea, dos fueron contemporáneas de la efímera Primera República española (febrero 1873-enero 1874), y seis de la Segunda (1931-1939), en cuyo transcurso se promulgó una Ley de Divorcio cuyos derechos acabaron siendo sustituidos por las consignas franquistas de la Sección Femenina: “Ofrécete a quitarle los zapatos a tu marido”, “Recuerda que sus temas de conversación son más importantes que los tuyos”, “Recuerda siempre que es el amo de la casa”. España: País del tiempo perdido. Las palabras que siguen –las últimas de las cuales fueron pronunciadas por una testigo de la Transición– no ayudan precisamente a contener las lágrimas.
Republicanas

“No sabes lo que es ser escritora ... ¡qué continuo tormento! Por la calle te señalan, y en todas partes murmuran de ti ... Una escritora no puede vivir en paz, pues, además de las agitaciones de su espíritu, sufre las que levantan en torno cuantos la rodean”
“España es tan hermosa como la princesa de la más romántica novela de caballería, pero sus ojos están cubiertos de membrana oscura”
“No hay una sola mujer española, católica practicante, que no haya sido interrogada por su confesor acerca de sus ideas políticas y de la inclinación que ha de darles y que ha de procurar dar a las de cuantos la rodean”
“Por andar siempre a brincos esta España de nuestros máximos desalientos y nuestras máximas ilusiones, la mujer se halla de pronto habiendo saltado por encima de todas las barreras [reconocimiento del matrimonio civil y del divorcio] ... los derroteros del feminismo han dejado el nebuloso espacio de las posibilidades por el terreno de la realidad absolutamente firme”
“Ya se ha visto que no; que no era posible convivir: que existe una incompatibilidad esencial y decisiva, como de especies humanas distintas o, tal vez, de una especie humana y otra no humana todavía”
“Hay dos Españas que luchan en una batalla que será decisiva. Aspiro a que en mi pintura no esté la España sórdida, sino la España limpia y profunda”
“Mi ensayo sobre Séneca, hecho con mi sangre tanto como con mi inteligencia, si es que me queda alguna, entre bombardeos que no me dejaban concluirlo ... he descubierto mis razones aquí, bajo estas bombas, sintiéndome beligerante ... Enemiga hasta la muerte de todos los que han vendido a España, a quien jamás llamaré mía, porque soy yo de ella, y esa es la diferencia ... estoy ligada a esto, no a un partido político ... Ligada a la lucha por la independencia de España, por la existencia misma de España contra Italia, contra los bastardos del Norte, contra la pérfida y zorra Albión, contra la degeneración y perversión más grande de lo español que han conocido los siglos”
“Yo me pregunto a veces si lo español puede ser. Padecemos algún mal de origen que nos lleva –no como a otros pueblos los suyos– a errar, a producir obras deleznables, sino que nos impide existir. Y así lo prueba el hecho de que no son nuestros peores productos los que fracasan, sino precisamente los mejores”
“Pocas situaciones hay como el exilio para que se presenten a modo de rito iniciático las pruebas de la condición humana”
“El exilio no tiene extensión en el tiempo o en el espacio, sino profundidad, como si de un subterráneo se tratara ... La desgracia común nos había hecho miembros de una sola familia. La palabra desgracia habría de servir todavía muchos años para expresar el sustrato mismo del ser español”
“En el NO-DO de postguerra [1942-1976] había una sección que llevaba por título Estragos y catástrofes. Aparte de las danzas regionales y la inauguración de pantanos, era la más prolija. Con la presentación detallada de aquellos azotes meteorológicos o provocados por un accidente, se manipulaba la atención del espectador, distrayéndola de tantos otros acontecimientos horribles cuyos hilos no estaba manejando precisamente Dios”
“Me fui en 1937 y no regresé hasta 1962. Argentina fue de una generosidad asombrosa. En Buenos Aires había un hotel de seis plantas para refugiados, en el que se vivía gratis hasta encontrar trabajo. Cuando volví a España, mis amigos estaban enterrados o desterrados, y las galerías llenas de pintura informalista, que es un estilo totalmente franquista, claro, para que no se vea nada ni se diga nada”
“No puedo evitar un sonrojo indecible ante esta prostitución turística que está inundando España”
“Empecé a volver a España en la década de 1970, y definitivamente en la de 1980. Ya no estaba muy convencida de la existencia física de España. No había estado aquí desde que tenía siete años. Volver supuso un inmenso descanso. Ya no tenía por qué llevar sola el idioma a cuestas. Millones de seres podían compartir la tarea”
“La filosofía tiene que estar viva. ¿Lo ha estado alguna vez en España? ¿O para estarlo ha tenido que pasar por la hoguera, ha tenido que quemarse? ¿Y el pensamiento? ¿Cuál ha sido la suerte del pensamiento en España? Abstenerse, quedarse quietecito, no meterse en nada y, al hacerlo, rozar la traición y, sobre todo, la tradición”
“Ese periodo que se llama Transición es absolutamente insólito. El hecho de que aquellos años transcurrieran de manera tan saludable, rica y entusiasta permitía pensar que no éramos una generación del todo inútil. Pero cuando poco después todo se vino abajo, resulta inevitable pensar que algo se ha hecho mal. Todo ha terminado en un negocio, en un gran negocio”
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