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‘Horizon: An American Saga’: Kevin Costner cabalga de nuevo

El actor y director de Bailando con lobos o Yellowstone estrena el 28 de junio la primera de sus cuatro películas sobre la conquista del oeste. El segundo capítulo llega el 16 de agosto. 

“¿Algún billonario en esta sala o en los yates de afuera que quiera financiar mis películas?”, preguntaba Kevin Costner en la sala de prensa del pasado Festival de Cannes, donde presentaba Horizon: An American Saga - Capítulo 1, la primera de sus cuatro películas sobre la conquista del Oeste. 

‘Horizon: An American Saga’: Kevin Costner cabalga de nuevo

La pregunta era más que pertinente, ya que el actor y director de Bailando con lobos (1990) se ha hipotecado por completo para ver cumplido su sueño de hacer el western definitivo. Sus casas, sus ahorros, su vida como estrella de Hollywood. Todo para reunir casi 100 millones de dólares, de los cuales 20 han salido del propio bolsillo del actor, y culminar su visión sobre ese período de la historia americana que Costner conoce muy bien. “He tenido suerte en mi vida, tengo casas, tierras, que son importantes para mí, pero no necesito cuatro casas y he decido arriesgar esas casas para hacer mi película (...) yo quiero vivir ahí con mis hijos, pero ellos tienen que vivir sus vidas. Si no me equivoco con esto, seguiremos teniendo las cuatro casas, si no, tendrán que buscarse la vida", afirmó frente a la prensa de Cannes. 

Un todo o nada, así pues, como pocas veces se había visto en el Hollywood actual, a excepción del caso de Francis Ford Coppola, claro, que también se ha dejado su fortuna en el proyecto de Megalópolis, asimismo presentado en Cannes. Por ahora, las dos primeras películas de este western de westerns ya están finalizadas –desde el 28 de junio está en salas el capítulo 1, mientras que Horizon: An American Saga - Capítulo 2 aterrizará en las salas españolas el 16 de agosto– y Costner está ultimando la preproducción de la tercera, pendiente de que alguno de los millonarios que se dejan ver por La Croisette durante el festival decida cabalgar junto al cineasta hacia territorios ignotos y por descubrir.

Un proyecto de hace décadas

El sueño de Horizon comenzó en 1988, cuando Costner se encontraba en plena producción de Bailando con lobos. “Durante mucho tiempo solo tuve un nombre en la cabeza, Hayes [el nombre del personaje que encarna], hasta el punto de que se lo puse a mi hijo”, comentaba en las páginas de El País. De hecho, el vástago del cineasta, Hayes Costner, ha debutado con esta epopeya en el mundo de la interpretación, dando vida a un chico que sigue a su padre después de que un ataque de nativos americanos destruya el hogar que estaban construyendo. 

Entre el elenco de Horizon: An American Saga destaca Sienna Miller como Frances Kittredge y Sam Worthington como Trent Gephardt.

Entre el elenco de Horizon: An American Saga destaca Sienna Miller como Frances Kittredge y Sam Worthington como Trent Gephardt.

Costner senior y junior no están solos en Horizon: An American Saga - Capítulo 1, ya que forman parte de un elenco coral –Sienna Miller, Sam Worthington, Jena Malone, Abbey Lee, Michael Rooker, Danny Huston o Luke Wilson son solo algunos de los nombres propios convocados– a través del cual se vehicula una crónica de 15 años de expansión y colonización del Oeste americano, y que cubre los años de antes y de después de la Guerra Civil. Una gran saga cuyo primer capítulo comienza, justamente, con una imagen fundacional, un colono clavando una estaca en la tierra para medirla y convertirla en una parcela, en un primer asentamiento, para transformarse en un fresco repleto de historias con un solo destino, una ciudad ideal llamada Horizon que ejerce de símbolo de la formación de la sociedad americana.

Un hombre de wéstern

El sueño de Horizon comenzó en 1988, cuando Costner se encontraba en plena producción de Bailando con lobos.

El sueño de Horizon comenzó en 1988, cuando Costner se encontraba en plena producción de Bailando con lobos.

Cabe adelantar desde estas líneas que Horizon: An American Saga - Capítulo 1 funciona como presentación de esta tetralogía sobre la colonización de la frontera, y lo que se va a ver es ni más ni menos que la serie de personajes, historias y motivos que se han de desarrollar a lo largo de las nueve horas de metraje que quedan por delante: los conflictos de los diferentes guerreros del mundo de los Apaches; las relaciones entre la caballería y los colonos; las fricciones entre los aventureros de las caravanas; los forajidos que entienden la ley a su manera, los migrantes mexicanos y chinos, o los negociantes que levantan sus establecimientos en el camino que atraviesa la diligencia. 

“Los wésterns no son simples, sino complicados, y los mejores están armados gracias a una gran arquitectura fílmica”, contaba Costner en El País acerca de la dificultad de poner en pantalla la mitología del Oeste. “Aquel Oeste era dificilísimo. No había leyes, y sí un montón de armas, y la gente hablaba distintos idiomas. Llevo toda la vida leyendo libros sobre aquella época y he escrito varios y sé que es complicado. Y me importan los detalles, como la secuencia de la limpieza. ¿Sabéis lo complicado que era para cualquiera estar limpio allí, y el placer de un baño? Eran gente como nosotros y esos detalles son necesarios”, añadía. 

Entre el elenco de Horizon: An American Saga destaca Sienna Miller como Frances Kittredge y Sam Worthington como Trent Gephardt.

Costner, en cualquier caso, sabe de lo que habla. Aunque también es conocido por sus películas de deportes (Campo de sueños, Los búfalos de Durham) y por algunos thrillers (Revenge), el cineasta es un hombre del Oeste. Ha protagonizado hasta siete westerns, ni más ni menos, de Silverado (Lawrence Kasdan, 1984) a la serie Yellowstone, en emisión en SkyShowtime y producción de éxito por la que estaba ganando grandes sumas de dinero y había vuelto a ser protagonista en las galas de premios. También fue cantante de una banda de country llamada Modern West y puso voz a no pocos documentales que abordan este período histórico. Queda por ver, así las cosas, si tanta pasión por las historias de la frontera se traduce en una buena acogida en la taquilla.

‘Slow western’, el Oeste suspendido

‘Slow western’, el Oeste suspendido

Westerns clásicos y películas del oeste más elásticas y dilatadas. Así se encuentra hoy el terreno de este género que desde la década de 1970 lleva mostrando su capacidad de adaptación a los siempre cambiantes gustos del público y, en consecuencia, al contexto histórico. Desde que el personaje Ethan Edwards dejara para siempre atrás el hogar del western en Centauros del desierto (John Ford, 1956), muchas han sido las formas que ha tomado el género y, película a película, se ha ido acentuando cada vez más su carácter silencioso y meditativo, de aventura suspendida en el espacio y en el tiempo. 

Si Kevin Costner apuesta en su serial Horizon: An American Saga por el western más canónico, el denominado slow western ha ido ganando terreno entre los creadores cinematográficos. En el mismo Festival de Cannes en que el actor y director californiano presentaba su saga, el italiano afincado en Estados Unidos Roberto Minervini hacía lo propio con The Damned, un slow western de manual preocupado por la deriva existencial de unos protagonistas perdidos en la frontera de Montana, adonde son enviados para proteger esos territorios en plena Guerra Civil. Su western –pausado, soporífero por momentos, y bordeando una emoción singular– es el último de una estirpe de trabajos que no le temen a ahondar en lo que puede dar de sí el género, más allá de sus imágenes estereotipadas. 

En Slow West (2015), por ejemplo, el británico John Maclean jugueteaba con los tropos del western, entre tempos muertos y explosiones de tipo psicodélico, para contar la historia de Jay (Kodi Smit-McPhee), un joven aristócrata escocés que, con la ayuda de un forajido (Michael Fassbender), se decide a cruzar el viejo Oeste americano para reunirse con la mujer que ama. Otra propuesta revisionista del género es la que realiza Kelly Reichart tanto en First Cow (2019) como en Meek’s Cutoff (2010), visiones pausadas de la aventura del Oeste contadas por personajes insospechados: dos buscavidas y la primera vaca que pisa la frontera estadounidense; y un grupo de colonos perdidos en el desierto de Oregón. En Dead Man (1985), uno de los slow westerns más paradigmáticos, Jim Jarmusch nos presenta la historia de un contable de Cleveland llamado William Blake (Johnny Depp) inmerso en mil aventuras en el Oeste tras descubrir que la empresa que tenía que contratarle le ha mentido. Filmada en un blanco y negro impoluto por el maestro Robby Müller, la cinta sigue el clásico ciclo del héroe al tiempo que incorpora los habituales estilemas de Jarmusch, sean los diálogos parcos en palabras o ese tiempo dilatado que roza lo absurdo. 

Por último, y para concluir este pequeña genealogía del slow western, no podemos dejar de mencionar El gran silencio (1968), el spaghetti de Sergio Corbucci que enfrentó en un duelo cinematográfico alucinante a Jean-Louis Trintignant y Klaus Kinski en los paisajes nevados de Utah. En realidad, la película se filmó en los Dolomitas de los Alpes italianos y Corbucci la concibió como una alegoría cargada políticamente inspirada en las muertes del Che Guevara y Malcolm X. Hoy también es una de las piedras de toque del western más reflexivo y trascendente.

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #319

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