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¡Aúpa, amor mío!

Tiramisú amoroso con “Chocolate cream”

“Volare, oh, oh”, cantaba a finales de los cincuenta del siglo pasado Domenico Modugno refiriéndose al amor. Pero en la década anterior los italianos –y hay quien concreta que fue en la cocina de un prostíbulo– habían alumbrado este postre inmortal y de altos vuelos, que con su chocolate endulza el paladar y con su café despeja el sopor: tiramisù, literalmente, ‘tírame para arriba’, como quien dice en español tentempié.

Elaboración

Para esta receta hemos seleccionado la variedad Chocolate Cream. Es una índica con un gran efecto relajante a nivel físico y mental. Posee un rico sabor dulce y chocolatero, que nos viene como anillo al dedo en esta elaboración. Con ella y un ron añejo hemos preparado la tintura para dar nuestro toque a este platillo volante. La elaboración de la tintura podéis consultarla en recetas anteriores.

Empezaremos el tiramisú preparando un buen café expreso, al que añadiremos 4 de las 6 cucharadas de azúcar. Lo haremos antes de que se enfríe, para garantizar su total disolución. Incorporaremos también los licores y la tintura, y reservaremos la mezcla para después.

Vamos entonces a elaborar un coulis (así se le llama) de frambuesa. Un coulis es un puré o salsa espesa previamente colada de cualquier fruta o vegetal. Para ello ponemos en un cazo a hervir todas las frambuesas (excepto las que queramos utilizar después para decorar) junto con las 2 cucharadas de azúcar que nos quedan y un poco de agua. Cuando lleven 3 o 4 minutos hirviendo las retiramos del fuego, las trituramos y las colamos para obtener el preciado coulis. Lo dejamos enfriar y lo reservamos.

A continuación vamos a montar un poco la nata. Un truco para que monte rápido es que esté bastante fría. Una vez semimontada le incorporaremos los dos quesos y lo mezclaremos hasta obtener una mezcla homogénea, que meteremos en una manga pastelera para facilitarnos el trabajo.

Ya tenemos todos los elementos del postre preparados y podemos proceder a su montaje. Se puede hacer de varias formas: en vaso, en plato, con molde, en copa, etc. Hoy voy a hacerlo en un vaso de cristal transparente. Para ello tendremos que cortar el bizcocho con un molde o con el mismo filo del vaso para que quepa bien en su interior. Cortaremos tantos trozos como capas queramos poner en el postre.

Primero colocaremos en la base un trozo del bizcocho y lo empaparemos bien con el café “enriquecido” y la ayuda de una brocha o una cuchara. Después pondremos una buena capa de la mezcla de nata y quesos. Continuamos bañando esta capa con el coulis de frambuesa. Y empezamos de nuevo con la siguiente capa igual que la anterior. Y así hasta la última capa, a la que no pondremos el coulis para espolvorear el cacao en polvo y decorar al gusto con una hojita de hierbabuena y una frambuesa, por ejemplo. Y ya está. Ahora se trata de fundirnos en buena compañía con sus sabores y sus estimulantes efectos. “Volare, oh, oh”.

Tiramisú Chocolate cream

Tiramisú amoroso con “Chocolate cream”

Ingredientes para cuatro personas

  • 2 planchas de bizcocho para tartas
  • 250ml de nata para montar
  • 250g de queso mascarpone
  • 250g de crema de queso (tipo Philadelphia).
  • 200ml de café
  • 10ml de tintura de Chocolate Cream
  • 10ml de Amaretto
  • 10ml de licor de cacao
  • 10g de cacao puro en polvo
  • 150g de frambuesas
  • 6cs de azúcar
La dosis correcta

Se estima que medio gramo por persona si no es usuaria de cannabis es una dosis suficiente para sentir los efectos. Si eres consumidor habitual la tolerancia hacia la sustancia activa hará que necesites el doble: un gramo. No olvides que durante la digestión el THC se convierte en una molécula más potente que propicia una experiencia retrasada y hasta tres veces más intensa que con una cantidad similar fumada. El efecto tarda entre 30 y 90 minutos en mostrarse en todo su esplendor, y puede llegar a mantenerse hasta 8 horas.

Dado que no todas las hierbas son iguales y que todos somos diferentes, estos consejos sobre cantidades y efectos son orientativos. Es al comensal al que corresponde encontrar su medida. La prudencia siempre es buena consejera.

Fotos: Alberto Flores

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #230

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