Ingredientes para cuatro personas
Elaboración
Para haceros volar con este arroz, hemos seleccionado la variedad Critical Hit, de La Semilla Automática. La regalamos con la revista en noviembre del año pasado. Se trata de una híbrida auto bastante equilibrada, pero con predominancia índica en sus efectos, que serán físicos, relajantes y placenteros. Te dejarán igual que cuando estás descansando bajo la sombra de un árbol, en un bosque, escuchando los pajaritos cantar.
Para integrarla en la receta, vamos a hacer un majado de ajo y perejil con AOVE cannábico, que añadiremos al final de la cocción para aromatizar.
Empezaremos con esta elaboración, que es la que más tarda. Solo tenemos que llenar un bote hermético de cogollos o restos de manicura y añadir el AOVE hasta cubrirlo. Se cierra y se deja macerar de mes a mes y medio, moviendo el bote ligeramente al menos una vez por semana. Pasado este tiempo, lo filtramos con la ayuda de un colador de tela y ya podemos usarlo en la receta que queramos. En este caso, pondremos 20 ml de AOVE junto a medio diente de ajo crudo pelado y bastantes ramas de perejil. Lo majamos en un mortero o lo trituramos con una batidora. Lo reservamos y nos ponemos con el arroz.
Comenzamos limpiando bien el conejo de grasa y cortándolo en trozos pequeños si no lo está previamente. Sumergimos el pimiento seco, limpio de semillas, en agua tibia. Lo dejamos en remojo. Ponemos la paellera o cazuela a calentar a fuego medio-alto con el AOVE sin cannabizar. Cuando esté caliente, ponemos el conejo cortado y limpio a dorarse. Le añadimos pimienta negra molida y lo vamos moviendo de vez en cuando para que se dore bien por todos lados.
Mientras se va dorando, cortamos el pimiento rojo de asar y el calabacín en trozos cuadrados de unos dos centímetros y los añadimos al conejo. Empleamos calabacín porque está en temporada, pero en otras épocas del año podéis hacerlo con alcachofas, judías verdes, espárragos o habas. Salamos todo y pelamos y cortamos los ajos en trocitos lo más pequeños posible. El tomate podemos rallarlo o triturarlo con batidora, como prefiráis.
Cuando el conejo y el pimiento estén bien dorados, hacemos un hueco en el centro de la paellera apartándolos hacia los lados. En este hueco le añadimos el pimiento seco que teníamos en remojo bien escurrido y el ajo cortado. Cuando el ajo empiece a dorarse, añadimos las hebras de azafrán y el tomate rallado. Esto impedirá que el ajo se nos queme. Lo dejaremos sofriendo unos 15 min. Después, añadimos el agua o el caldo. En este arroz en particular podéis emplear agua en lugar de caldo y hacer el propio caldo al instante dejando el agua hervir unos 10 o 15 min antes de incorporar el arroz. El conejo es una carne dura y sabrosa, sobre todo si es de campo, y nos permite esta licencia. Por eso ponemos el triple de agua que de arroz. En el caso de que fuera caldo, para que os quede un arroz seco, habría que poner el doble, ya que no tendría que hervir previamente y no evaporaría. Esta técnica y esta receta son de mi padre, que no es cocinero, pero sí conocido por sus grandes arroces y fideuás. Os aseguro que el resultado es magnífico, llevo comprobándolo y disfrutándolo desde pequeñito.
Pasado el tiempo correspondiente, ya podéis incorporar el arroz bomba. Esta maravilla con denominación de origen absorbe como ninguno el caldo y los sabores y necesita unos minutos más de cocción que otros granos redondos. Comprobamos el punto de sal y lo dejamos hervir de 15 a 20 min, dependiendo del fuego, el tipo de agua y el punto de cocción que prefiráis. Cuando esté a vuestro gusto y justo antes de retirar del fuego, le añadimos el majado mágico que habíamos preparado previamente. Lo mezclamos todo bien y lo retiramos del fuego para dejarlo reposar otros 5 min.
Y ya está, ya podéis hincarle el diente. Espero que os guste mucho y que os haga sentir como solo la naturaleza sabe hacerlo.