Ingredientes para cuatro personas
Elaboración
Para este aperitivo transformado en postre, hemos seleccionado esta sabrosa Critical que regalamos en junio del año pasado. Se trata de una potente sativa de Delicious Seeds. Sus efectos son estimulantes, aunque apenas se notan físicamente, salvo una ligera excitación. Eso sí, la mente podrá viajar a Cancún en primera clase. Sus aromas son típicos de las Haze y su sabor es claramente incensado con toques mentolados y de pino.
Para integrarla en la receta vamos a preparar leche cannábica. Si la conciencia no nos permite consumir productos de origen animal, podemos sustituirla por cualquier leche vegetal que nos guste. Aunque deberemos tener en cuenta el porcentaje de azúcar que contenga, para que no nos salga muy dulce y empalagoso. Para lograrlo, solo tendremos que reducir la cantidad de leche condensada que le pondremos después. En cualquier caso, para su elaboración hay que picar muy fina la hierba, unos 8 g para 1 l de leche. Después, habrá que hervirla a fuego lento durante una hora para que el proceso de descarboxilación se complete bien. En este paso aprovecharemos para añadir también la rama de canela y la piel del limón para aromatizar. Tendremos que andar con mucho ojo y no dejar de mover para que no rebose la leche al hervir. Una vez cocida, habrá que filtrarla con un colador de tela y ya estará lista para usar.
El rompope tiene sus orígenes en el convento de Santa Clara, La Puebla (México). Allí, las monjas lo elaboraban cuando venían visitas importantes. De ahí fue expandiéndose de convento en convento hasta que empezaron a venderlo al público junto con otros dulces para recaudar dinero. Así se hizo popular y la gente comenzó a hacerlo en sus propias casas. Hoy en día se ha extendido por todo el continente americano industrializando su preparación y comercialización. En Estados Unidos hacen algo muy parecido a lo que llaman eggnog.
La receta en sí es bastante sencilla, se parece mucho a la elaboración de unas natillas o una salsa inglesa. La única dificultad que entraña es que deberemos tener mucho cuidado de que no se nos cuajen las yemas y nos salgan grumos, para que la textura sea fina y suave. En esta versión hemos aumentado la cantidad de yema y añadido algo de harina para espesar un poco más y, además, evitar que salgan esos incómodos grumos.
Para su elaboración, lo único que tenmos que hacer es poner la leche cannábica a calentar a fuego medio en un recipiente. Cuando esté templada, añadiremos las yemas batidas, muy poco a poco y removiendo en círculos. A continuación, podemos incorporar la leche condensada y las especias sin dejar de remover en ningún momento. Para terminar, añadiremos la Maizena disuelta en un poquito de agua fría o leche y seguiremos removiendo hasta que empiece a hervir y se espese. Cuando esto suceda añadiremos el ron y lo retiraremos del fuego y lo enfriaremos muy bien. Cuando ya lo tengamos frío, solo nos quedará ponerlo en una copa, vaso o bol y añadirle los frutos rojos. Podemos bordarlo espolvoreando un poco de canela o especias chinas y colocando una ramita de hierba buena como toque final.
Y eso es todo, buen viaje y… ¡Viva México, cabrones!