Mejillones Blue Thai
con caña santa y chile
Amigos y amigas del fogón y de los altos vuelos, hoy vamos a cocinar un producto barato, delicioso y fácil de elaborar, como son los mejillones. Los haremos viajar desde Galicia (principal productor español) hasta Tailandia.
Amigos y amigas del fogón y de los altos vuelos, hoy vamos a cocinar un producto barato, delicioso y fácil de elaborar, como son los mejillones. Los haremos viajar desde Galicia (principal productor español) hasta Tailandia, y en el camino los vamos a enriquecer con unos gramitos de Blue Thai para que los comensales hagan también su propio viaje.
Ingredientes para cuatro personas
Ingredientes para cuatro personas
- 1 kg de mejillones
- 2 chiles rojos*
- 4 cucharadas soperas de cilantro picado
- 1 cucharada sopera de jengibre fresco picado
- 1 diente de ajo picado
- 1 cebolla mediana picada
- 1 hoja de lima kaffir picada
- 1 chorrito de oloroso dulce
- 1 rama de caña santa (lemon grass) picada (solo el interior)
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- 400 ml de leche de coco
- 6 g de marihuana Blue Thai bien picada*
Además de por su exótico nombre, Blue Thai, he elegido esta variedad de marihuana por su equilibrio índico-sativo y por la perfecta integración de sus aromas afrutados y cítricos en esta receta de moluscos bivalvos. Como ya sabréis, el THC es soluble en cualquier tipo de grasa, así que lo integraremos en la que posee la leche de coco, obteniendo así una leche de coco cannábica. Para ello comenzamos poniendo los 400 mililitros de leche de coco en un bol al baño maría para evitar que llegue a hervir (recordad que si lo hiciera perderíamos la sustancia que compone nuestro magnífico billete de avión para este viaje). Cuando la leche alcance unos 60º o 70 ºC, incorporamos la marihuana poco a poco y removiendo hasta conseguir que quede totalmente sumergida. La dejamos ahí unos 20 minutos, manteniendo la temperatura en esos 60º o 70 ºC. Pasado ese tiempo, pasamos la leche por un colador de tela y la dejamos reposar tapada cinco minutos más. Y ya tenemos lista nuestra leche de coco cannábica.
A continuación, limpiamos los mejillones quitándoles las barbas (pelillos o filamentos que les salen del interior) y frotamos bien las conchas hasta que queden lisas y brillantes. Los reservamos y ponemos el aceite de oliva virgen extra a calentar en un wok o en una sartén similar. Cuando tome temperatura vamos añadiendo el ajo, el jengibre, la caña santa y la cebolla, todo muy picadito y a fuego medio. Sofreímos hasta que tome un poco de color. A continuación añadimos el chile, los mejillones, el oloroso y la lima kaffir. Tapamos para que se abran los mejillones y un minuto antes de que lo hagan del todo añadimos la leche de coco cannábica. Volvemos a tapar y movemos el wok sin destapar hasta que se terminan de abrir los mejillones. Y ya está: tenemos nuestro platillo volante de hoy. A comer, a chuparse los dedos y a volar.
La dosis correcta
Se estima que medio gramo por persona si no es usuaria de cannabis es una dosis su ficiente para sentir los efectos. Si eres consumidor habitual la tolerancia hacia la sustancia activa hará que necesites el doble: un gramo. No olvides que durante la digestión el THC se convierte en una molécula más potente que propicia una experiencia retrasada y hasta tres veces más intensa que con una cantidad similar fumada. Si cuando fumamos o vaporizamos podemos apreciar los efectos a los 10 minutos y estos nos pueden durar hasta 4 horas, cuando comemos el efecto deseado tarda entre 30 y 90 minutos en mostrarse en todo su esplendor y puede llegar a mantenerse hasta 8 horas. Como es sabido, en ayunas el efecto es mayor. Dado que no todas las hierbas son iguales y que todos somos diferentes, estos consejos sobre cantidades y efectos son orientativos. Es al comensal al que corresponde encontrar su medida. La prudencia siempre es buena consejera.
Fotos de Alberto Flores