Ingredientes para cuatro personas
Elaboración
Para cannabizar estas mafaldas hemos seleccionado la variedad Tagie Auto que regalamos con el número 293 de la revista el año pasado. Pertenece al catálogo de Budha Seeds y es una de esas sativas difíciles de olvidar, que estimulan el cuerpo y la mente y lo inundando todo de buenas sensaciones. Su sabor a naranja y mandarina es penetrante y delicado a la vez, y también se instalará en nuestra memoria para siempre. Una delicia con la que vamos a cannabizar el AOVE, al que añadiremos guindillas para aportar un poquito de rock and roll a la receta. Será lo primero que elaboremos porque es lo que más tarda.
Comenzamos llenando un bote hermético pequeño con cogollos o restos de manicura de Tagie Auto, depende de la potencia que queramos. A continuación, vertemos el AOVE en el bote hasta que toda la hierba esté cubierta y no quepa nada más. Lo tapamos y dejamos macerar en un lugar seco y alejado de luz entre 30 y 45 días, moviendo el recipiente ligeramente una vez por semana como mínimo. Pasado este tiempo, filtramos el contenido con un colador de tela y ya estará preparado para añadirle las guindillas y volverlo a dejar macerando unos días más.
La dificultad de esta receta es prácticamente inexistente, lo único que hay que tener muy en cuenta es hacer una correcta cocción de la pasta y que no se nos pase. Podemos comenzar pelando los dientes de ajo y cortándolos en láminas finas lo más similares posible entre sí. Los reservamos y nos ponemos con los vegetales, en este caso espárragos y habitas, pero podrían ser champiñones, guisantes o cualquier verdura de temporada que nos guste o tengamos a mano. Pelamos las habitas y lavamos y cortamos los espárragos en trozos pequeños más o menos iguales que las habitas. Reservamos y continuamos pelando las gambas y separando los cuerpos por un lado y las cabezas y las pieles por otro.
Ponemos el AOVE normal a calentar en un recipiente o cazuela que, por su tamaño, nos permita albergar todos los ingredientes de la receta, ya que al final habrá que mezclarlos todos. Cuando esté caliente, le añadimos las pieles y las cabezas de las gambas y las freímos a fuego alegre hasta que se empiecen a dorar; en ese momento habrá que retirarlas del fuego escurriéndoles muy bien el aceite. Este paso es fundamental, ya que será el que aporte un sabor brutal a gamba tostada al aceite, que condimentará posteriormente la pasta. En este mismo aceite incorporamos las láminas de ajo. Cuando se doren, le añadimos las habitas peladas y los espárragos cortados. Dejamos que se sofrían unos minutos y ya al final le agregamos las gambitas para retirar inmediatamente del fuego e impedir así que se nos pasen.
Por otro lado, cocemos la pasta el tiempo exacto que nos marque el paquete para que quede al dente. A continuación, antes de escurrirla guardamos un poco (medio vaso) de agua de cocción. Añadimos la pasta y el agua a la cazuela donde tenemos las verduras y las gambitas y mezclamos todo bien a fuego medio durante dos o tres minutos, hasta que la mezcla del agua de cocción y el aceite de las verduras formen una salsita espesa que impregne y se quede pegada a nuestra pasta.
En ese momento, solo quedará añadirle las ramas de perejil bien picaditas y un chorrito del magnífico AOVE cannábico picante que habíamos preparado anteriormente. Fácil, ¿verdad? Pues a disfrutar de los productos de temporada, siempre con precaución. ¡Hasta la próxima!