Pasar al contenido principal

Relleno psicotrópico para nuestro túper de playa

Ensalada de pasta con atún, alcaparras y mahonesa cannábica de mostaza

Hoy vamos a aliñar el clásico túper que nos llevamos a la playa para sentir el agua, la sal y cada uno de los granos de arena que acaricia nuestro cuerpo. La responsable de estas sensaciones será la Gorilla Runtz, de Exclusive Seeds, que regalamos con la revista de agosto del año pasado. Se trata de una sativa con una entrada alegre y enérgica, que después pasa a relajarnos con un sabor tropical perfecto para disfrutar en compañía, gracias al palique y el buen rollo que produce. 

Ingredientes para cuatro personas

Ensalada

  • ½ kg de pasta (en este caso, elicoidali)
  • 2 latas de atún en aceite 
  • ½ cebolla dulce
  • 60 g de alcaparras escurridas 
  • 450 ml de mahonesa cannábica de Gorilla Runtz 
  • 175 g de salsa de mostaza 
  • Unos tallos de cebollino 
  • Sal al gusto 

Mahonesa cannábica

  • 2 huevos 
  • 300 ml de aceite de girasol 
  • 75 ml de aceite cannábico de girasol 
  • El zumo de medio limón 
  • Sal al gusto 

Elaboración 

Los túpers o fiambreras llevan con nosotros desde la antigüedad. Aunque, como podéis imaginar, los primeros no eran de plástico. Hace entre tres mil y cuatro mil años ya hubo un europeo que transportaba su comida por los Alpes. En el 2012, fue encontrada una pequeña caja circular de madera para transportar comida a más de 2.400 m de altura, en los Alpes berneses de Suiza. En la Edad Media, las personas que trabajaban en el campo o que tenían trabajos itinerantes, transportaban alimentos en bolsas de cuero o recipientes de cerámica. Como veis, esta necesidad humana de transportar alimentos viene de lejos, pero fue en la Revolución Industrial cuando llegó a su apogeo. El aumento de la urbanización y la industrialización llevó a un mayor número de personas a trabajar fuera de casa durante jornadas más largas. Con la necesidad de comer fuera de casa, se convirtieron en un accesorio indispensable para llevar comida preparada y evitar tener que recurrir a las comidas callejeras, más caras y menos saludables. A partir de ahí, las fiambreras se vuelven cada vez más comunes y sofisticadas, hasta nuestros días. Hoy en día las hay personalizadas, de plástico, de acero inoxidable, de vidrio o de bambú. En cualquier caso, lo realmente importante es lo que metemos dentro. 

En este caso vamos a meter una sencilla ensalada con un aliño muy especial. Para su elaboración habrá que comenzar con el aceite cannábico que nutrirá nuestra mahonesa. Para ello comenzamos llenando un bote hermético con cogollos o restos de manicura de Gorilla Rutnz, depende de la potencia que queramos. A continuación, vertemos el AOVE en el bote hasta cubrirlo y lo dejamos macerar entre 30 y 45 días, moviendo el recipiente ligeramente un mínimo de una vez por semana. Pasado este tiempo, filtramos el contenido con un colador de tela y ya lo tendremos preparado.

Ensalada de pasta con atún, alcaparras y mahonesa cannábica de mostaza

Para la elaboración de la ensalada, lo primero será cocer la pasta. Lo único que tenemos que hacer es seguir las instrucciones del paquete y ser muy estrictos con los tiempos de cocción para que no se nos pase. Una vez cocida, la enfriamos con agua fría y la ponemos en un recipiente donde podamos mezclar el resto de ingredientes con comodidad. Le añadimos las alcaparras, la cebolla cortada lo más pequeña posible y las latas de atún. 

Por otro lado cogemos un vaso de batidora y ponemos los dos huevos. Es importante que estén a temperatura ambiente, así disminuiremos el riesgo de que se nos corte la mahonesa. Hay muchas técnicas para hacer una mahonesa casera, pero, en mi opinión, esta es la más sencilla y segura. Agregamos el zumo de limón, la sal y metemos la batidora para triturar y mezclar bien. A continuación, vamos vertiendo el aceite cannábico en forma de hilo, es decir, muy poco a poco. Cuando se acabe, seguimos con el aceite normal. Notaremos como va espesando y pararemos cuando tenga la textura deseada. Dependiendo del uso que vayamos a darle, puede ser más espesa o más ligera; en este caso la queremos ligera para que se integre bien en nuestra ensalada. Cuando la tengamos hecha, le añadimos la mostaza y la mezclamos con el resto de ingredientes en el recipiente elegido. La probamos y la ponemos apunto de sal. Por último, añadimos el cebollino picado por encima. 

Sencillo, ¿verdad? Pues no por serlo está menos buena, así que ya me contaréis. Ya tenemos el contenido de nuestra fiambrera listo y estamos preparados para ir a nuestra playa preferida a pasar una jornada inolvidable. Espero que os guste y la disfrutéis mucho.

Este contenido se publicó originalmente en la Revista Cáñamo #319

Te puede interesar...

¿Te ha gustado este artículo y quieres saber más?
Aquí te dejamos una cata selecta de nuestros mejores contenidos relacionados:

Suscríbete a Cáñamo