En esta temporada de setas y trufas nos vamos a marcar un rico y aventurero risotto de setas que nos va a llevar a explorar lugares del salvaje Oeste con esta nueva maravilla llamada Calamity Jane, una potente autofloreciente.
Elaboración
Para este sabroso risotto la elegida ha sido Calamity Jane, nombre que proviene de una famosa exploradora del salvaje Oeste americano a la que también llamaban Juanita Calamidad. Es una autofeminizada de Buddha Seeds que ha sido presentada este año y que regalamos con la edición del mes de mayo. Tiene dominancia sativa y puede contener hasta un 20% de THC, como dice Tricicle: “Poca broma”. Su excelente sabor está entre cítrico, dulce y especiado, y su efecto estimula la creatividad y es perfecto para compartir con amigos y ver una peli en una tarde de lluvia, ya que es estimulante y psicodélico.
Comenzaremos nuestra receta cortando el ajo y la cebolla en brunoise, es decir, en trocitos lo más pequeños que nos sea posible. Si las setas son frescas habrá que limpiarlas bien, aunque si queremos hacerlo correctamente lo haremos sin agua para que no pierdan parte de su aroma y sabor. Nos ayudaremos de un cuchillo pequeño y quitaremos y rasparemos los restos de tierra o manchas que puedan tener. Una vez limpias las cortamos en trozos iguales de un par de centímetros aproximadamente. Si no dispones de setas frescas siempre puedes utilizar congeladas o secas, que tendrás que rehidratar.
A continuación ponemos el AOVE en una cazuela o sartén, para después añadir la cebolla y el ajo cortados. Cuando empiecen a dorarse añadimos las setas y rehogamos unos diez minutos, luego añadimos el chupito de Brandy y dejamos que el alcohol evapore. En el paso siguiente incorporamos el arroz para sofreírlo unos minutos sin dejar de remover y a fuego medio-lento hasta que se ponga transparente. Aparte, debemos tener el caldo caliente para ir añadiéndolo poco a poco y sin dejar de mover, para que el arroz suelte todo el almidón posible y se ponga meloso. Vamos añadiendo un cazo de caldo, movemos y cuando se haya consumido volvemos a añadir otro sin dejar de mover en ningún momento, y así sucesivamente hasta que el arroz esté al dente, es decir, cocido por fuera pero con el centro todavía duro. Entonces retiramos del fuego y añadimos la mantequilla cannábica, cuya elaboración podéis consultar en recetas anteriores, y el Parmesano rallado al momento si es posible, ya que conserva mucho mejor su aroma y sabor. Mezclamos bien y añadimos el aceite de trufa, y flipamos con los aromas que suben de la cazuela o sartén y penetran por nuestras narices. Después de fliparlo dejamos reposar un par de minutos y ya podemos deleitarnos con nuestra obra maestra. ¡Que os aproveche!