La exposición Stay Stoned: locura, cannabis & tatuajes muestra una colección de tatuajes de cannabis extraídos del libro Stay Stoned Vol. II (2022), un proyecto fruto de una larga amistad entre el tatuador Sem Boy y el artista multidisciplinar Gilberto C. La pasión compartida de estos dos italianos por los tatuajes, el cannabis, el arte gráfico y los fanzines se ha concretado en los dos volúmenes de Stay Stoned y en esta exposición, que, tras pasar por Hash Marihuana & Hemp Museum de Ámsterdam, acaba de recalar en su sede de Barcelona.
Como bien dijo Ben Dronkers, fundador del museo y del banco de semillas Sensi Seeds, los tatuajes de cannabis pueden ser “una declaración de amor, una declaración de rebeldía, una muestra de libertad, un acto activista, o quizás incluso una decisión nebulosa. Es todo un acontecimiento conseguir una marca permanente y visible del amor por la planta”.
Además de los tatuajes de artistas como Danny Boy, Jondix, Bill Loika, Robert Ryan, Colo López, Tomas Redrey y Henk & Morris Schiffmacher, la muestra expone algunos de los carteles psicodélicos que forman parte del fondo del museo y que sirven para contextualizar el diseño de los tatuajes a los que acompañan. En conjunto esta exposición temporal permite asomarse a la historia de amor del tatuaje y el cannabis, una historia paralela y convergente que evoluciona desde los márgenes sociales impregnando la contracultura de los sesenta y setenta para acabar en nuestros días conquistando al gran público.
Para los que no puedan visitar la muestra, reproducimos en nuestras páginas algunas de las numerosas imágenes flash (diseños de tatuajes) que Sem Boy y Gilberto han recopilado por medio mundo. Y hablamos de paso con ellos para que nos iluminen sobre su apasionada relación con el tema. Sem Boy contesta desde la Toscana, donde vive y tatúa, y Gilberto C. desde Países Bajos, donde reside actualmente.
¿Qué es para vosotros un tatuaje?
Gilberto: Los primeros tatuajes que me hice eran simplemente un motivo para adornar mi cuerpo, pero con los años las razones por las que me tatúo han cambiado mucho. Hoy en día el tatuaje representa para mí un momento de mi vida y una forma de afrontar el dolor, casi como si fuera una especie de sesión terapéutica o un auténtico ritual en el que a través del dolor uno tiene la oportunidad de desprenderse de experiencias pasadas que quiere superar, una especie de renacimiento interior. La experiencia y el resultado final tienen el mismo valor.
Y para ti, Sem Boy, ¿qué es un tatuaje para un tatuador como tú?
S: Ser tatuador definitivamente no es un trabajo porque sí, un trabajo en el que dejo de pensar una vez cierro la puerta de la tienda. El tatuaje es mi forma de vida, es un pensamiento constante que me acompaña durante todo el día. Y es más que eso, es un trabajo que me permite vivir libre y, en consecuencia, estar un poco más sereno de lo que estaría con un trabajo cualquiera de turnos y horarios esquemáticos. Como tatuador es incluso algo más serio, pero no quiero aburriros con discursos interminables.
“Los tatuajes de cannabis pueden ser una declaración de amor, una declaración de rebeldía, una muestra de libertad, un acto activista, o quizás incluso una decisión nebulosa. Es todo un acontecimiento conseguir una marca permanente y visible del amor por la planta”, Ben Dronkers, fundador del Hash Marihuana & Hemp Museum y del banco de semillas Sensi Seeds.
¿Y qué significa para vosotros el cannabis?
G: Una forma de expandir la conciencia y la creatividad.
S: Cannabis es mi primer amor. Fumé por primera vez a los 13 años y desde entonces me ha acompañado durante toda mi vida.
El tatuador Robert Ryan, en el prólogo de vuestro libro Stay Stoned, habla de “la conexión” entre el cannabis y el tatuaje, una conexión propicia en “la hermandad de aquellos dispuestos a ir más allá del pensamiento convencional y las reglas impuestas”. ¿Qué tienen en común el tatuaje y el cannabis?
S: Creo que lo que tienen en común es el poder de conectar a la gente.
Entre los tatuadores, ¿es muy habitual recurrir al cannabis para inspirarse a la hora de crear los modelos, las imágenes flash?
S: Sinceramente no me apetece hablar de ello en nombre de toda la comunidad y tampoco te puedo decir lo extendido que está. Muchos de los que han participado en el libro apoyan la causa, pero a lo mejor ni siquiera fuman o si han fumado lo han hecho en el pasado. Para mí es imprescindible, pero es que me es imprescindible para hacer cualquier cosa.
¿Y a la hora de tatuar? ¿Tatuar fumado ayuda o dificulta la tarea?
S: Creo que es subjetivo, hay gente que no fuma nada antes de trabajar y hay gente que puede tatuar en las condiciones que sea. Yo si tengo que hacer tatuajes que me gustan puedo fumar alegremente y no me cambia nada, pero si tengo que hacer tatuajes mínimos como el corazoncito solo con líneas lo más probable es que me dé ansiedad, ¡y encima, la mayoría de las veces, quieren esos tatuajes en los sitios más cabrones! De todas formas, desde hace unos años, me obligo a no fumar cuando tengo que ir al estudio. Ahora se ha convertido en la motivación para tomarme un descanso y desconectar un poco.
Hubo un tiempo en que tatuarse era una distinción solo al alcance de marineros, presidiarios y gente de mal vivir. Hoy lo raro parece ser no tatuarse. Algo similar ha sucedido con la marihuana, que ha salido de la clandestinidad y se ha convertido en algo incluso legal. ¿Esta evolución se ha notado en los tatuajes de marihuana? ¿Notáis un cambio en el tipo de diseños cannábicos que la gente decide tatuarse?
S: Es cierto que ambos campos han evolucionado mucho en los últimos años. En lo que respecta al cannabis definitivamente se han dado muchos pasos adelante. En muchos países se ha legalizado, con unas variedades que han alcanzado niveles alucinantes, etcétera. En cuanto al tatuaje, ¡no estoy tan seguro de que la evolución haya traído algo positivo!
Declarar amor eterno al cannabis con un tatuaje ya no está tan mal visto, ¿y con otras drogas? ¿Cómo se representan otras drogas en la piel?
S: Podría hablar de viejas imágenes flash de setas, sobre todo alucinógenas; de otras con pipas de opio, de algunas con jeringuillas o del clásico Man's Ruin...
Habéis reunido los diseños de un buen número de tatuadores. Supongo que habrá mucha vida detrás de algunas de esas imágenes flash que habéis compilado.
G: Sin duda, una de las obras que más ha destacado fue la del tatuador español Colo López, que en sus diseños abordó el cannabis connotando el tema negativamente, haciendo hincapié en los aspectos más oscuros que se pueden esconder tras el consumo de cannabinoides.
¿Tenéis vosotros algún tatuaje cannábico?
S: Por ahora tengo un par de ellos. El más significativo me lo hizo Danny Boy la primera vez que estuve trabajando en su estudio de Ámsterdam. El significado creo que está bastante claro por la foto.
De entre todas las imágenes flash que habéis compilado, ¿cuál os tatuaríais?
G: Prácticamente todas, ¡pero ya no tengo sitio para tatuarme todos esos flashes!
Tenéis pensado seguir con este proyecto. Si es así, ¿cuál será el próximo episodio?
G: Sí, actualmente estamos trabajando en un libro personal de un artista del tatuaje que ha contribuido a los dos volúmenes de Stay Stoned. Para 2024 en cambio tenemos previsto colaborar con una nueva marca americana emergente para la publicación de otro libro colectivo del que todavía no podemos dar detalles.