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¡Locura en Anatolia!

Atatürk, el saz, la psicodelia, divas y todo lo demás

Locura en Anatolia Por Iván López Navarro

Erkin Koray, conocido como "Erkin Baba" ("Erkin el padre") pionero del rock y la contracultura.

Es habitual entre coleccionistas de discos, diggers y disyoqueis descubrir la música pop de otras latitudes. Brasil, con su tropicalismo y funk de las favelas, o el África Occidental, con su high life, afrobeat y afrofunk, han sido ejemplos típicos que han permitido expandir nuestra comprensión de la música pop más allá de lo anglosajón o lo nacional. Así como Jamaica inauguró este interés en Occidente –por su versión del soul y el rhythm and blues norteamericano del que extrajeron su ska, rocksteady y reggae, hasta llegar a fundar la ciencia del remix y del sonido con el dub–, ahora es el turno de la psicodelia y el pop turco: beatmakers de rap como el difunto J Dilla o el propio Madlib los han sampleado, se reeditan alrededor del mundo en sellos especializados, incluso hay un grupo hipster que le rinden tributo, los turco-holandeses Altin Gün. 

Si el afrobeat fue el sonido de la rebelión de Fela Kuti en Lagos (Nigeria), o el ska la música de reafirmación nacional en Jamaica durante su independencia, el rock de Anatolia, como se le denomina popularmente, hunde las raíces de su creación en las reformas políticas de Atatürk. Aunque Atatürk falleció en 1938, es considerado el padre de la Turquía moderna. Su apuesta por abrir el país fomentó también una música propia, así, bajo la idea de que Turquía es la puerta entre Occidente y Oriente, ambas influencias fueron alentadas por sus políticas. Ese esfuerzo de expandir el folclore turco con la fusión de otros estilos tiene su origen en los compositores conocidos como “Los cinco turcos”: Ahmed Adnan Saygun, Ulvi Cemal Erkin, Cemal Resit Rey, Hasan Ferit Alnar y Necil Kazim Akses, quienes fueron enviados a Europa durante la primera década de la primera república turca que duró de 1923 a 1961. 

Otro hecho importante fue el concurso Altin Mikrofon organizado por el periodico Hürriyet y que duró desde 1965 a 1968 como forma de popularizar a estos artistas modernos que mezclan las melodías turcas con estilos occidentales. En 1967 Cem Karaca (uno de los padres del rock turco junto a Erkin Koray) quedó segundo en el certamen, y uno de sus single, “Suya Geden Gelli”, de ese mismo año, fue fusilado parcialmente por los Dead Kennedys en su “Holiday In Cambodia”. Tengan en cuenta que Estambul era parada obligatoria para los hippies de Europa Occidental en peregrinación a Katmandú.

El puente entre dos mundos

Cem Karaca, uno de los padres del rock turco, cuyo single “Suya Giden Allı Gelin” fue fusilado parcialmente por los Dead Kennedys en su “Holiday In Cambodia”.

Cem Karaca, uno de los padres del rock turco, cuyo single “Suya Giden Allı Gelin” fue fusilado parcialmente por los Dead Kennedys en su “Holiday In Cambodia”.

Siendo honestos, la mayor parte de lo que se etiqueta como psicodelia turca no es otra cosa que su folk y pop, y ello es debido a un instrumento tradicional, el saz, que posee una sonoridad parecida al sitar pero es mucho más fácil de tocar. Es la fusión de la música occidental con su folk lo que nos suena a psicodélico, aunque eso no quita que algunos artistas sí que conscientemente integran el acervo de la etiqueta al folk turco. Aquí debemos diferenciar entre, por ejemplo, divas como la cantante y actriz Kamuran Akkor, la Stevie Nicks otomana aunque sin la ciclópea ingesta de drogas, o Nazan Soray, también cantante y actriz con más de 37 películas, y en cuya discografía encontrarán ustedes pepitas de oro, con sus “misteriosas” armonías con arreglos de saz y sintetizador. Ante estas divas, los contraculturales serían Erkin Koray (el Jimi Hendrix turco, por abreviar), Baris Manço, Selda Baĝcan o Cem Karaca, quienes reivindican la etiqueta desde una óptica más cercana a lo occidental, lo rockero y lo moderno. Aunque respecto al consumo de drogas –desde el LSD al opio, pasando por ese legendario costo afgano– no parece que fuera relevante entre estos músicos. Sé que no es un dato estadístico, pero sí expresa el lore de la política contra las drogas en Turquía, me refiero a la película basada en la novela autobiográfica El expreso de medianoche (1978) de Alan Parker, una narración que traumatizó a varias generaciones de amigos de las drogas.

 La diva Kamuran Akkor, cantante y actriz, algo así como la Stevie Nicks otomana.

La diva Kamuran Akkor, cantante y actriz, algo así como la Stevie Nicks otomana.

"Siendo honestos, la mayor parte de lo que se etiqueta como psicodelia turca no es otra cosa que su folk y pop, y ello es debido a un instrumento tradicional, el saz, que posee una sonoridad parecida al sitar pero es mucho más fácil de tocar"

Según el consenso historiográfico, sería en 1961 cuando se grabó el primer ejemplo de rock, lo hizo la cantante Tülay German con la canción “Burçak Tarlasi”. Ahí encontramos muchas de las constantes del rock anatolio, principalmente la música folklórica deudora de los aşiks (los bardos turcos) poetas cantantes, diestros intérpretes del saz cuyas obras se centraban en la idea del amor, al igual que la de los bardos occidentales. De hecho, aşik significa “el que está enamorado”, pero no solo en un aspecto romántico sino también espiritual. Los aşiks fueron los protohippies turcos, o sus beatnicks, ya que ambos veían el folk como representación de lo auténtico, y los jóvenes roqueros turcos como Cem Karaca solían visitar a maestros como Aşik Veysel para conversar sobre la vida, el infierno y la humanidad. Así que digamos que los aşiks fueron el LSD, Timothy Leary y los Beatles en uno para los roqueros de Anatolia. Y esos representantes de los antiguos bardos turcos santiguaron a la generación de la psicodelia turca que recoge a Selda Baĝcan, Erkin Koray, Barış Manço o 3 Hür-El.

3 Hür-EL, uno de los grupos más señeros de la psicodelia turca, formado por los hermanos Onur Hürel, Feridun Hürel y Haldun Hürel.

3 Hür-EL, uno de los grupos más señeros de la psicodelia turca, formado por los hermanos Onur Hürel, Feridun Hürel y Haldun Hürel. 

Así que, a pesar de que muchos de ellos empezaron trasladando éxitos pop occidentales, su traslación siempre fue particular y anatolizada, si se me permite la expresión. Incluso antes de la anécdota de los Dead Kennedys, muchos fans turcos veían la canción “Bir Eylul Aksam” (1966) de Erkin Koray como molde del “Paint In Black” (1966) de los Rolling Stones. Y también tenemos el uso del saz por parte de la banda americana Kaleidoscope en su “Egyptian Gardens” de 1967, que suena salido de allí directamente. 

Selda Bağcan

Selda Bağcan comenzó como cantante protesta antes de fundirse con la psicodelia del rock turco. La llegada del golpe de Estado truncó su carrera y la llevó hasta en tres ocasiones a la cárcel.

Cómo ven los compartimentos estancos y lo no bastardo no existe en la cultura popular, porque esta se sostiene en una práctica diaria como bien recoge el historiador, semiólogo y sociólogo francés Michel de Certeau que afirma que: “La cultura popular es un espacio donde se puede examinar la construcción de la vida cotidiana”. Un enfoque que vemos en la conexión de estos jóvenes músicos y los aşiks, pero también en la práctica de aquellos que no tienen representación institucional, como señalaba una de las canciones más populares del género, “Yaz Gazeteci Yaz” (1976) de Selda Bağcan, en la que pide a la prensa que escriban más sobre los miembros más marginales de la sociedad y sus dificultades, así como la nula ayuda que reciben. De hecho, a estos músicos les resultaba difícil grabar discos, Erkin Koray se centró en la década de los 60 en grabar singles y Baris Manço pagaba el peaje de que sus discos fueran utilizados como bandas sonoras. 

1980, el golpe de estado que acabó con esto

A Erkin Koray, se le llama popularmente Erkin Baba, “Erkin el padre”, porque es el pionero no solo del rock sino de la contracultura.

A Erkin Koray, se le llama popularmente Erkin Baba, “Erkin el padre”, porque es el pionero no solo del rock sino de la contracultura.

"Respecto al consumo de drogas –desde el LSD al opio, pasando por ese legendario costo afgano– no parece que fuera relevante entre estos músicos"

La democracia turca sigue siendo frágil, pero en 1980, la economía turca se encontraba al borde del colapso. Al mismo tiempo, su población se encontraba polarizada y la secularización llevada a cabo por Atatürk se encontraba en repliegue y había violencia envuelta en conflictos religiosos. El 12 de septiembre, el ejército turco llevó a cabo un golpe de estado con la excusa de acabar con esa inestabilidad, imponiendo un férreo control de la vida cotidiana y acabando con ese rock de Anatolia que se veía como extranjerizante y que no respetaba el credo religioso. Para ello, el gobierno surgido del golpe militar apoyó un género musical conocido como arabesco. Las mujeres intérpretes desaparecieron casi totalmente, y artísticamente fue como si el folk turco regresará a un estadio anterior a Atatürk. Desligado de todo avance, el folk turco devino en puro kitsch. 

Algunos músicos emigraron durante estos años a otros países como Alemania, aunque no sería hasta el principio de la década de los 2000 que este género volvería para empezar a ser un fenómeno global. Empezando por los samples de Selda y su “Ince Ince Bir Kar Yagar” por parte de Dr.Dre y Mos Def. 

Altin Gün, grupo turco-holandés que ha revitalizado el interés hacia el rock de Anatolia con diferentes  aproximaciones estilísticas.

Altin Gün, grupo turco-holandés que ha revitalizado el interés hacia el rock de Anatolia con diferentes aproximaciones estilísticas.

Selda fue la primera figura recuperada de esta historia, varios sellos europeos como Finder 's Keepers reeditaron su discografía, lo que le permitió reactivar su carrera y tocar por todo el mundo. Asimismo, grupos de jóvenes turcos se han lanzado a un revival de todo ello. Por ejemplo, Gaye Su Akyol que debutó en 2014, tendiendo el puente con esas divas que también fueron exploradoras sónicas como Nazan Soray y Kamuran Akkor. O Palmiyeler, otra banda que también ha reconstruido ese hilo roto del rock de Anatolia, esta vez tamizado por el postpunk más pop e incluyendo otras influencias de la década de los 80, su década perdida. Pero quizás lo que más atención consiguió sobre este género fue la nominación al grupo turco-holandés Altin Gün en 2020 al Grammy como Mejor Álbum de Músicas del Mundo. Aunque no ganaran el Grammy, Altin Gün ha revitalizado el interés hacia el género no solo haciendo versiones, sino también reinterpretando el rock de Anatolia con diferentes aproximaciones estilísticas. Pero, eh, concentrémonos en los clásicos, que han pasado el test de molonidad y trascendencia que solo el paso del tiempo otorga.

Una humilde selección para introducirse a lo grande

Obvio que lo aquí tratado excede estas páginas, pero para que no se mareen, ahí van unos discos recomendados y unas notas biográficas de cada artista. Pasen sin miedo, que se trata de disfrutar, no de recitar nombres, títulos y años en una espiral de conocimiento sin contexto. Porque el disfrute es lo que traspasa lo epidérmico, no que recitemos como un notario un embrujo jurídico. 

Baris Manço, 2023 (1975)

Baris Manço, 2023 (1975)

Baris Manço falleció en 1999, es el Juan y Junior turco en uno, muchos de sus temas fueron grabados por otros, como por ejemplo “Hal Hal”, por la estrella Nazan Soray. Debutó en 1962 haciendo versiones de Chubby Checker y Hank Ballard, entre otros, y, en 1964, en una estancia en Bélgica, llegó a grabar tres singles para Rigolo, el sello del superlativo Henry Salvador. Volvió a Turquía y su carrera fue ascendente hasta debutar con su primer álbum Dünden Bügüne (1971), que contenía muchas de sus canciones ya famosas en la voz de otros intérpretes.

Así que ya fogueado en una carrera que había empezado en realidad en Francia acompañado de su banda Les Mistigris, a mediados de los 70, da un vuelco. Su segundo álbum 2023 quizás sea su obra más ambiciosa y lograda, dentro de una carrera larga y con la enjundia suficiente para rebuscar hasta en el fondo de su catálogo. Este disco conceptual sobre el año 2023 lo grabó Baris junto a la banda que le acompañaría a partir de ahí, Kurtalan Ekspres, y fue planeado como un álbum instrumental, aunque finalmente no lo fue. Estructurado en forma de suite, la solemnidad del recitado de Baris se abre con una burbujeante muestra de la electrónica que pegaba por aquel entonces en Francia o Alemania, pero menos ensimismado e indulgente. Hay que reconocer que la singularidad de ritmos y armonías del folk turco es la que dota a 2023 de una contemporaneidad y actualidad que solo Baris pudo ver. 

Baris Manço

Mucho de lo propuesto en este álbum –que sigue siendo una carta al futuro desde el pasado– es alabado como moderno en ese saco donde cabe todo o que llamamos músicas del mundo, armonías tradicionales filtradas por ecos y distorsiones que todavía mantienen el espíritu bizarro y atrevido de Baris Manço. Es un disco de rock progresivo que nada tiene que ver con Pink Floyd, jamás en la vida los británicos poseyeron la sensualidad que se despliega en 2023

Erkin Koray, Electronic Türküler (1974)

Erkin Koray, Electronic Türküler (1974)

Erkin Koray tiene una discografía mucho más interesante que el otro padre del rock de Anatolia, Cem Karaka; por algo en Turquía se le llama popularmente Erkin Baba, “Erkin el padre”, porque es el pionero no solo del rock sino de la contracultura. Sus comienzos en 1957 haciendo versiones de Fats Domino o Elvis, le sitúan como introductor del rock, pero tras varias estancias en Alemania se deja el pelo largo y se convierte en el primer músico hippie según la óptica occidental, de hecho, siempre ha sido el más conocido de toda su generación fuera de su país. Su fallecimiento en 2023 fue recogido por la prensa europea, aunque esa “fama” nunca fue muy rentable para Koray, que vivió precariamente la mayor parte de su vida. Sería por todo ello que, incluso en la década de esplendor del rock de Anatolia, fue marginado por las instituciones, de ahí que sus fans lo vieran como el auténtico rebelde frente a una figura como Baris Manço. 

También es su segundo álbum donde su estilo de psicodelia fronteriza le muestra en su esplendor, una frontera que Koray atraviesa de una forma tan natural como hicieran Triana con el flamenco y el rock. Koray en Elektronic Türküler recoge todo lo aprendido, riffs entrecortados puntualizados melódicamente por el uso del saz y estribillos algo más psych pop que los de sus compañeros. Aquí están “éxitos” suyos como “Cemalim” o “Karli Daglar”, pero también temas de un eléctrico trance a lo Hendrix como “Sir” o la ingrávida atmósfera de los cánticos en la bella “Hele Yar”.

Selda, S/T (1976) 

Selda, S/T (1976)

Cuando Selda Baĝcan lanzó su primer LP –ojo, que ese mismo año lanzó otro de título homónimo, es decir, con su nombre de pila: Selda– se encontraba en un impasse dentro de su carrera como una de las representantes de la canción protesta de Turquía. Selda comenzó su carrera como cantante en la universidad en 1971 y en unos pocos años grabó seis singles de folk con el grupo Mogollar. Fue en 1975 cuando recibió la propuesta de grabar diez canciones para el sello más vanguardista de allí, Turkuola. Su mezcla de prosa radical y su inconformismo vino acompañado en este álbum de debut por la banda Dadsalar y el productor y pionero de la electrónica Zafer Dilek. Selda grabó uno de los discos turcos que más reconocimiento internacional consiguió.

Su carrera en Turquía fue muy activa hasta la llegada del golpe de Estado, cuando, entre 1981 y 1984, fue en tres ocasiones encarcelada. Siendo la cantautora política más reconocida de su país, no se quedó en el folk. Así, en este álbum debut, experimentó con el rock, la psicodelia y los arreglos electrónicos conformando un repertorio imbatible. Su “Yaz Gazeti Yaz” es como el hit universal del rock turco.

Mustafa Özkent, Gençlik lle Elele (1973)

Mustafa Özkent, Gençlik lle Elele (1973)

El disco más bizarro de todos los recomendados. Mustafa Özkent y su orquesta eran una de esas orquestas que actuaban en hoteles, fiestas y sesiones de baile, nada especial aparentemente hasta que oyes este disco. Es un disco de librería, un género cajón de sastre que recoge esos discos hechos para ser soporte de programas de televisión, cine o probar nuevos equipos estéreo, como en este caso. Así que nos encontramos ante un disco hecho por profesionales que unos años antes estaban tocando covers de los Shadows y los Spotnicks. Pero la banda de Mustafa Özkent prefirió explorar otros territorios como el funk y el rhythm and blues por la vía del despendole hedonista. Este disco es una barbaridad de breaks, una bomba atómica para la pista de baile, un infalible hechizo para salir del abotargamiento. 

Aunque fue grabado para incentivar la compra de equipos estéreo, el ingenio de Mustafa Özkent quería pasar a la posteridad. Es como una jam entre Can y la Incredible Bongo Band; instrumental en su totalidad, este disco es el sonido de la invasión otomana, cinemático, funk y oriental.

Sevil & Ayla, Bebek (1974)

Sevil & Ayla, Bebek (1974)

Este single con solo dos canciones, compuestas por Baris Manço y grabadas por su banda de acompañamiento Kurtalan Express, está interpretado por Sevil y Ayla, dos jóvenes estrellas del cine turco de su época. La canción “Bebek” tiene un bajo de groove cinematográfico a lo Lalo Schifrin y fusila en el genial arreglo de cuerdas a los Led Zeppelin de “Whole Lotta Love” (es exagerado lo que se parecen, pero, bueno, robar en la música pop es regla y solo se les nota a los adanistas). La interpretación vocal de Sevil & Ayla es mesmerizante en ambas canciones, como debe ser en esta clase de inventos. La cara b la ocupa “Irgat”, con más líneas de bajo trepidantes a lo Schifrin, con detalles arabescos que puntualizan las dos voces y con dinámicas constantes vía arreglos de teclado y cuerdas que convierten este single en todo a lo que el pop más comercial podía aspirar artísticamente. La eterna tensión entre negocio y arte, se resuelve aquí de manera impepinable.

3 Hür-El, Hürel Arsivi (1974)

3 Hür-El, Hürel Arsivi (1974)

Üç Hürel (también escrito como 3 Hurel o 3 Hür-EL) está formado por tres hermanos: Onur Hürel, Feridun Hürel y Haldun Hürel. Aunque en sus inicios estaban muy influenciados por Cliff Richards y los Shadows, fueron después virando hacía el beat, hasta empezar a integrar influencias del folk turco. Antes de lanzarse en solitario se foguean en la banda de Selçuk Alagöz, labor que les permitió ahorrar para poner en marcha el grupo entre los tres hermanos y también introducir cambios hechos por ellos en sus instrumentos, como electrizar el saz añadiendo wha-wha y distorsión, con el propósito de crear un sonido propio. Compañeros discográficos de Erkin Koray, sus dos álbumes obtuvieron éxito comercial entrando en el top 10 varias veces entre 1971 y 1974 y apareciendo bastante en televisión. La verdad es que, de todos los nombrados, 3 Hür-El fueron los de más éxito y proyección. 

Su segundo LP contenía sus tres últimos sencillos, la única canción inédita del álbum era una pieza folk instrumental titulada “Kol Bastı”, una gran excepción en la historia de 3 Hür-El, ya que fue la única versión en la carrera del grupo.

La cara A del LP comienza con “Kol Bastı” y continúa con todo el repertorio de su época rockera. En el segundo corte viene la cara A del sencillo de 1973, “Canım Kurban”, cuya cara B ya se había usado en su LP debut. Esa grabación en dos pasos (una es rock, la otra es un coro interpretado al estilo folclórico tradicional) es una impresionante interpretación de blues-rock a lo Anatolia. Después de “Canım Kurban”, llega la totalidad de otro sencillo, lanzado justo antes del servicio militar de Onur. 

La cara B comienza con un sencillo de 1973 –cuya cara B también se utilizó en su LP debut–, “Ağlarsa Anam Ağlar”. En esta canción, se muestra todo el estilo rock anatoliano del grupo, con la batería darbuka, los tonos distorsionados de la guitarra y las interpretaciones de saz eléctrico, interpretadas en forma de preguntas y respuestas.

Con todo esto ya tienen un nuevo nicho geográfico musical en el que interesarse, sean ustedes amantes o no de la geopolítica y las relaciones internacionales.

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