Uno de los cannabinoides de la planta mágica es el THCV (Tetrahydrocannabivarin) que funciona de forma bastante distinta al THC. Pero, ¿de qué manera funciona?

Exceptuando en la africana Durban Poison es poco común que uno encuentre grandes cantidades de THCV en las variedades existentes por lo que sería normal que uno tuviese poca o ninguna idea de que está ingiriendo este cannabinoide.

Al THCV se le atribuyen propiedades terapéuticas interesantes. Este cannabinoide es mucho más potente que el THC pero la duración es más corta. Sus efectos son descritos como psicodélicos y cerebrales (aumenta la concentración). Sin embargo, otros estudios aseguran que se exagera al decir que es mucho más potente: no tenemos pruebas suficientes al respecto.

Lo que sí parece que sabemos es que el THCV reduce algunos de los efectos del THC mientras que potencia otros. Se considera que es un buen cannabinoide para ayudar con la ansiedad (y el estrés post traumático), diabetes de tipo 2, Parkinson y la obesidad (¿¡!?).

Pese a existir unos cuantos estudios prometedores sobre los efectos terapéuticos del THCV estos siguen en cuestión. Por el momento, no parece que los cannacultores pongan el énfasis en variedades que tengan más THCV que THC pues el THC sigue siendo un seguro psicoactivo mientras que lo que promete el THCV no acaba de cumplirse.