El alcalde de Toral de los Vados (León) intoxicó a varias personas el día 31 de diciembre con un roscón con marihuana.
El alcalde se había reunido con unos amigos ciclistas para celebrar que se acababa el año. Hasta aquí nada fuera de lo normal. Por desgracia, parece que el roscón con marihuana no les sentó bien a ninguno, lo que viene a decir que, o bien no estaban acostumbrados, o bien iba más cargado de lo que pensaban.
Tras comerse el roscón los amigos comenzaron a sentir sus efectos. Mareos, convulsiones, bajadas de tensión, taquicardia y desvanecimientos. Incluso alguno acabó en el hospital justo antes de las campanadas de fin de año, tal y como se puede leer en Las Provincias.
La oposición pide la dimisión del alcalde porque el roscón se comió durante un acto que se organizó desde el ayuntamiento (se contaba con un coche cedido por el ayuntamiento). Además, el alcalde reconoció que participó en el evento y comió “un poco”.
Se apunta desde otros medios que fue el alcalde el que llevó el pastel con marihuana y que no avisó a los ciclistas de que iba cargado con mandanga. Todos los que comieron se encuentran bien, como podría esperarse de una intoxicación con marihuana.
Sea como sea, es el vecino el que elige al pastel y al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde y el pastel, como diría el ex presidente Rajoy.