Ocurrió en Nueva Gales del Sur, Australia. Cuatro personas se hicieron con un poco de cocaína para usarla, pero después de consumirla obtuvieron un efecto que no se correspondía con el que esperaban. Se intoxicaron, tuvieron que ser atendidas por los servicios de emergencias y fueron trasladadas a los servicios de urgencias. Allí uno de ellos requirió intubación e ingresó a la unidad de cuidados intensivos, dos requirieron el ingreso durante la noche y el cuarto fue dado de alta después de recibir una dosis de diazepam y quedar unas horas en observación.
Los médicos observaron que la toxicidad no era compatible con la cocaína, lo que motivó el traslado hospitalario y más tarde el estudio de la sustancia que habían consumido. Los análisis de sangre de los individuos revelaron la presencia de LSD en concentraciones que fueron de 0,04 a 0,06 mg/l. Se trata de una de las concentraciones de LSD en sangre más elevadas que se encuentran reportadas en la literatura científica, según el informe del caso, que fue publicado en la revista Clinical Toxicology.
El reporte clínico recoge que los individuos intoxicados presentaron alucinaciones, agitación, vómitos, sedación, hipertensión y midriasis. Ningún sujeto sufrió lesiones persistentes. El caso fue evaluado gracias al programa de Evaluación de Sustancias Ilícitas, Recreativas y Prescritas (PRISE), establecido por el Ministerio de Salud de Nueva Gales del Sur. Este incluye servicios de toxicología de hospitales estatales, un Centro de Información sobre Venenos, un Servicio de Ciencias Forenses y Analíticas y servicios de emergencia para identificar grupos de toxicidad severa e inusual asociada con el consumo de sustancias.