A partir de ahora, la ciudad de Barcelona tendrá una licencia específica para las tiendas que vendan golosinas de cannabis. Así lo acordaron el Partido de los Socialistas de Cataluña (PSC) y Junts en el último pleno del distrito de Ciutat Vella, realizada la semana pasada. Además, se harán inspecciones en los comercios de CBD de la zona, donde se calcula que hay más de 250 locales.
La decisión de establecer una licencia específica para las tiendas que venden golosinas de cannabis surgió tras las quejas de comerciantes del Barrio Gótico, quienes el año pasado se presentaron ante el Ayuntamiento de Barcelona para denunciar que estos locales están registrados como floristerías y que los artículos que ofrecen no cumplen las normativas correspondientes. Entonces, Junts presentó una proposición para ordenar la actividad que no para de crecer en la capital catalana y que fue aceptada por el gobierno de Jaume Collboni.
De acuerdo al nuevo sistema de licencias, se regulará a las tiendas que venden alimentos derivados del cannabis que no sean psicoactivos. Es decir, aquellos comestibles que hayan sido producidos con terpenos, por ejemplo. También se espera que sean clausurados los locales que ofrecen chucherías elaboradas con cannabinoides ya que desde Barcelona dicen que incumplen las normativas alimentarias europeas.
Esta nueva medida es uno de los primeros pasos que da el gobierno de Collboni en su ofensiva ya declarada contra el auge del turismo cannábico en Barcelona. La semana anterior también sucedieron una serie de intervenciones policiales en al menos diez clubes sociales de la ciudad. Ahora, el Ayuntamiento buscará cerrar varios de los 250 locales que venden comestibles derivados de la planta. Para ello no solo se creará un sistema de licencias específico para los alimentos no psicoactivos, aunque todavía no se han revelado detalles de la nueva reglamentación. Además, la proposición de Junts prevé hacer un censo de estos negocios, intensificar las inspecciones y cerrar aquellos que incumplan las normativas.