El cura al cargo del Centro Penitenciario de Albacete fue detenido a finales de octubre acusado de un delito contra la salud pública por una presunta actividad de tráfico de drogas. Tras su detención, el hombre fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Albacete, donde el juez decretó su libertad provisional con cargos. El cura reconoció ante el juez tener problemas con el consumo de drogas y por ello tendrá que pasar por un centro de desintoxicación.
Según la información publicada hasta el momento por La Tribuna de Albacete, la investigación policial afirma que el cura traficaba con drogas de síntesis, concretamente mefedrona, GHB y Popper, sustancias que fueron halladas en su haber en cantidades que no han trascendido. Estas tres sustancias se encuentran entre las más habituales usadas en sesiones de chemsex, como se denomina a las sesiones de sexo entre hombres en las que se usan drogas.
El cura, que antes había ocupado el puesto de capellán del Hospital General Universitario de Albacete, llevaba siendo el párroco de la cárcel desde el pasado agosto. Poco después de que se conociera la noticia, el Obispado de Albacete y la Congregación de la Misión (conocida como padres paúles, a la que pertenecía el arrestado) lamentaron la detención, dijeron sentirse “cercanos al dolor que este hecho provoca en tantas personas” y recordaron que por el momento el cura “goza de la presunción de inocencia”.