El Observatorio Español de Cannabis Medicinal (OECM) emite un comunicado tras los resultados de su informe 2018 sobre los aceites comerciales con cannabidiol (CBD) en el que insta al gobierno a entrar en el debate de la regulación del cannabis para uso terapéutico.
Los motivos de la OECM son viejos conocidos entre la cultura cannábica. Regular implica, por una parte, un control médico sobre los productos con CBD, de modo que los pacientes que han decidido utilizar cannabis puedan estar seguros de aquello que consumen. No tanto porque ese producto afecte negativamente a su salud sino porque, precisamente, puede no estar haciendo efecto alguno en absoluto. Al igual que cuando uno compra una medicina en una farmacia sabe que cada dosis ha sido pasada por laboratorio para garantizar su fiabilidad en la medida de lo posible, la OECM pide que suceda lo mismo con los productos con CBD.
Por otra parte, la regulación pondría fin al suplicio de sentirse como si fuesen criminales los más de 120.000 pacientes que utilizan productos con CBD como tratamiento, ya que aún es ilegal y “podemos ser multados con más de 600 euros por portar nuestra medicina por la calle (sumado al decomiso de la planta, crema o el extracto), y sobre todo la situación de estrés que genera vivir en esta situación de ilegalidad”.
Si volvemos al primer punto, la petición de regular el mercado de medicinal viene después de su informe de 2018 sobre los aceites comerciales con CBD. El informe (podéis leer al respecto aquí) arroja algunos resultados sorprendentes como que solo 5 de las 15 marcas estudiadas incluyen en su producto la cantidad de CBD que indica su etiquetado o publicidad.
“Tal como han demostrado el estudio de aceites, de los 15 aceites que hemos analizado, con una representación de las marcas más utilizadas nos hace comprender la urgencia de una regulación para evitar engaños a pacientes, y para que los pacientes que ya estamos utilizando estos preparados podamos sentirnos tranquilos… Con este estudio no se quiere señalar a quien no lo hace bien, sino aplaudir a quien si cumple con estos mínimos y animar a aquellas empresas que han de mejorar algunas cosas, por el bien de los pacientes. Lo mismo que el etiquetado ‘engañoso’, o web de estos propios productos que prometen propiedades que aún no han sido demostrados por la ciencia, y hemos de entender que estos productos son adquiridos por numerosos pacientes que buscan propiedades terapéuticas o medicinales en ellos. Y a su vez, vemos como cada vez más médicos y hospitales lo recomiendan bajo cuerda.”
La solución, recuerdan, no pasa por un estado policial que persiga tanto a las empresas, como a los cultivadores, como a las growshop.
Por último, la OECM pide a los representantes políticos que se impliquen en la regulación del cannabis medicinal y señala a PP y PSOE como los dos partidos que están bloqueando el debate entre en el Parlamento. Además, aseguran que la actual Ministra de Salud, Carmen Montón, que está en contra de la legalización, tiene unas ideas equivocadas sobre el cannabis medicinal, como creer que regularlo contribuiría a incrementar el uso del tabaco. La OECM dice al respecto que “el cannabis con fines medicinales no ha de fumarse en ningún caso: se inhala con vaporizadores reglamentados previamente por UE; se utilizan extractos, cápsulas y cremas... y por otro lado, que repunte el uso de tabaco no tiene nada que ver con negarle el alivio, calidad de vida y bienestar a miles de personas, que están sufriendo, que padecen dolor, y que ya están utilizando cannabis”. La Ministra ha declinado reunirse con la OECM en varias ocasiones.