El Gobierno de Afganistán, en manos de los talibanes desde 2021, acaba de anunciar la prohibición del cultivo de cannabis y cáñamo mediante un nuevo decreto. Así lo anunció el líder talibán Hibatullah Akhundzada en su twitter hace unos pocos días. A partir de ahora los cultivos de cannabis descubiertos por las autoridades serán destruidos y sus responsables serán castigados bajo la ley Sharia.
El cultivo de cannabis forma parte de la tradición agrícola y cultural de Afganistán e históricamente ha sido uno de los países que más cultivos ha concentrado. Hace una década el país era el principal productor de cannabis del mundo según los datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Según el medio Canna Reporter, el Gobierno talibán no ha anunciado ningún proyecto agrario para sustituir los numerosos cultivos de cannabis y cáñamo que pueblan el país, pese a la importancia que estos tienen para la economía del país.
Curiosamente, meses después de hacerse con el Gobierno del país, los talibanes anunciaron un acuerdo para producir cannabis con una empresa farmacéutica extranjera llamada Cpharm. Tras el anuncio, que también se realizó a través del twitter del Ministerio de Interior talibán, numerosos medios internacionales se hicieron eco de la noticia, dando por supuesto que la empresa en cuestión era una farmacéutica australiana con ese nombre, pero la empresa negó la conexión días después. Poco después un empresario alemán dijo estar detrás del acuerdo, pero desde entonces no se ha sabido nada más del asunto.
Hace un año el Gobierno talibán también emitió un decreto para prohibir el cultivo de amapola y la producción de opio, otro cultivo tradicional del país de cuya economía depende una parte significativa de la población. El pasado junio el Gobierno inició la campaña de erradicación de los cultivos del opio y empezó a destruir cultivos en el distrito de Washir, en la provincia sureña de Helmand, donde están especialmente concentrados.