El estado de Arkansas vende 40 millones en cannabis para uso medicinal en solo 10 meses desde que se licenció la marihuana en mayo de 2019.

Ante la pregunta de si la regulación de la marihuana crea beneficios económicos la respuesta parece ser siempre la misma: es un negocio fructífero e incluso boyante. En Arkansas se ha vendido un total de 40.46 millones en marihuana medicinal en estos meses, unos 2.835 kilos de mandanga.

No son las cifras más espectaculares que se han visto pero, dado el conservadurismo de este estado y que es el más azotado por la epidemia de opioides, estas cifras deberían ser muy buenas noticias. De hecho, algunos informes aseguran que desde que se ha legalizado el consumo de marihuana ha descendido el uso de analgésicos.

Para hacerse cargo de lo grave de la situación, en 2017 se prescribieron más recetas para comprar opioides que el total de personas que viven en Arkansas. Es decir 102 prescripciones por cada 100 habitantes. La media nacional está en 59 prescripciones por cada 100 habitantes.

Que el número de ventas no sea tan espectaculares también se debe a que las restricciones del uso medicinal son mayores que en otros estados. Aquí no hay grandes categorías que puedan ser tratadas todas por igual bajo el paraguas de la marihuana medicinal, como es el caso del “dolor crónico” en California. En Arkansas cada prescripción debe ir acompañada de una de las condiciones específicas que cualifiquen al ciudadano para su uso, algo que complica considerablemente el acceso.

Aunque habrá que ver cómo son los datos el año que viene, por el momento parece que la cosa funciona en Arkansas y, tal vez, esté ayudando con la dependencia a los opioides.