Días atrás, por primera vez en la historia parlamentaria de Australia comenzó a discutirse un proyecto para regular todos los usos del cannabis. El primer paso fue una audiencia celebrada en la Comisión de Asuntos Jurídicos y Constitucionales del Senado, donde se escuchó a varios expertos que se manifestaron tanto a favor, como en contra.

El proyecto de ley propuesto por el senador ecologista David Shoebridge prevé la creación de la Agencia Nacional de Cannabis de Australia, un organismo encargado de registrar las variedades de cannabis y regular las actividades relacionadas con la planta. Además, permitiría a los australianos cultivar hasta seis plantas en casa y establecer cafés cannábicos.

Australia dio un paso importante hacia la legalización del cannabis medicinal en 2016. Desde entonces, ha habido una variedad de legislaciones en los ocho estados australianos en lo que respecta al uso no medicinal del cannabis.

Los partidarios de la legalización argumentan que la prohibición no ha frenado el consumo y ha llevado a una aplicación desigual de la ley, particularmente en comunidades marginadas. Greg Barns, expresidente de la Alianza de Abogados Australianos, enfatizó la necesidad de abordar estas disparidades en la aplicación de la ley y señaló la incoherencia de criminalizar el cannabis mientras el alcohol sigue siendo legal.

Malini Sietaram, CEO de Ganjika Pty Ltd, presentó una perspectiva empresarial, destacando los desafíos que enfrentan los empresarios del cannabis medicinal debido a las restricciones normativas. Sietaram enfatizó la necesidad de un marco regulatorio que promueva la innovación y la inclusión, especialmente de grupos subrepresentados.

Sin embargo, las perspectivas para la regulación integral del cannabis en Australia son inciertas. No solo que la iniciativa tiene escaso apoyo entre los partidos mayoritarios, sino que además la Asociación Médica Australiana ha manifestado su rechazo.