Dentro de sus principales planes de gestión, la Presidenta del Consejo de Ministros de Italia, Giorgia Meloni, pretende eliminar la industria del cannabis en el país, incluso la del CBD, permitida por la Unión Europea (UE). Durante el año pasado, la referente de la ultraderecha internacional ha atacado por dos frentes a la cultura de la planta. Tanto una enmienda a la Ley de Seguridad del país, como un decreto emitido por la mandataria, buscan clasificar todos los derivados del cannabis como sustancias prohibidas. Ante esta situación, diversos grupos empresariales y activistas recurrieron a la justicia europea, alegando que se infringe el principio de reciprocidad del bloque y un fallo que establece que el CBD no es un estupefaciente ilegal. Si bien se esperaba una resolución por parte de los tribunales la semana pasada, Bruselas decidió posponer el debate sobre las mencionadas medidas restrictivas.
La denuncia ante los tribunales europeos fue presentada por la asociación Canapa Sativa Italiana. Su presidenta, Mattia Cusani, afirmó que, aunque el Tribunal Administrativo Regional de Lacio suspendió el decreto de Meloni en septiembre pasado, las demoras de Bruselas sofocan y generan incertidumbre en la industria local. “Los valientes comerciantes de cáñamo, que respetan las normas a diario y garantizan un mercado transparente y seguro, no deben temer al Estado, sino recibir su apoyo”, aseguró ante los integrantes del Parlamento Europeo.
La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo ha mostrado su apoyo al pedido de Canapa Sativa Italiana. Sin embargo, hasta el momento solo ha enviado una carta a la administración de Meloni para que reconsidere sus medidas. La Presidenta tiene unos 90 días para responderla. Por lo tanto, no habrá novedades sobre la prohibición del CBD en el país hasta después del verano.