Un estudio de 2016 realizado en Nueva Zelanda sobre la salud dental de consumidores de cannabis arrojó un resultado sorprendente.
Este estudio concluyó que mientras que el cannabis en un uso más o menos regular no afectaba significativamente a los pulmones, el colesterol, la presión sanguínea o el índice de masa corporal, sí que repercute tanto en los dientes como en las encías:
“Mientras que los participantes que han usado marihuana en algún grado durante estos últimos 20 años muestran un incremento en las enfermedades periodontales en la franja de edad entre 26 y 38, estas personas no difieren en otras de las mediciones de salud física con respecto a los no usuarios [del cannabis]”.
En el estudio se trató de aislar bien el fenómenos para no equivocar el resultado con una mala higiene dental, el uso de tabaco o alcohol que aumenta el riesgo de enfermedad periodontal.
El caso es que no es el único estudio que asocia este tipo de enfermedades con fumar cannabis. La American Dental Association (ADA) se posicionó en contra del uso de cannabis pues afecta a la salud periodontal o el síndrome de la boca seca.
Al fumar cannabis sucede algo similar a cuando uno consume tabaco: la boca se seca. Esto es una incomodidad manifiesta, pero no solo eso, lo peor es que la cavidad bucal, al estar más seca de lo habitual, se convierte en un lugar ideal para el crecimiento de bacterias. No solo el fumar, claro, también ayuda una dieta alta en azúcares, ideales para destruir el hueso dental.
La gingivitis también se ve favorecida por fumar. No es un caso solo del cannabis, pues la irritación e inflamación de las encías está más relacionado con fumar, sea lo que sea.
No hay que asustarse. Lo ideal es que uno hable claramente con su dentista y ponga todo su empeño, más del que se considera adecuado, para mantener su salud dental si pretende seguir fumando. Además de que tu aliento te lo agradecerá, posiblemente esto te ayude a ahorrar dinero en el futuro. Que las visitas al dentista sean solo para una limpieza.