La psilocibina puede consumirse en microdosis para tratar diferentes trastornos de la salud mental, como la depresión o el estrés postraumático. Pero también ingerir una mayor cantidad de hongos mágicos puede ser una experiencia, tanto individual como colectiva, para tener un momento recreativo y expandir la consciencia. Sin embargo, existe la posibilidad de sufrir un mal viaje. Para aquellos que les ha sucedido, sabrán que es una situación poco agradable, como mínimo. Entonces, ¿qué se debe hacer cuando los efectos psicodélicos se salieron de control y hay que volver a tener los pies sobre la tierra? Para responder la pregunta, un grupo de científicos realizó un estudio para señalar diferentes herramientas para tratar este desesperante momento.
El estudio fue publicado en la revista Scientific Reports y se trata de un resumen de otras dos investigaciones recientes. Uno de los informes analizó los resultados de una encuesta cualitativa de 16 personas que asistieron a ceremonias psicodélicas de varios días en Países Bajos y México y cómo ellos lidiaron con experiencias desafiantes en su ingesta de psilocibina.
El otro estudio fue una encuesta a 869 personas, en donde más del 64% contó que había sufrido un mal viaje de psilocibina en alguna de sus experiencias con hongos mágicos. Los investigadores preguntaron cómo afrontaron estas situaciones dificultosas y cuán efectivos fueron sus métodos.
Entonces, ¿cómo afrontar un mal viaje de psilocibina? Lo primero que sostienen los investigadores de la University College de Londres es que hay una “compleja interacción entre las experiencias emocionales y los mecanismos de afrontamiento” y que no existe un enfoque único. En el estudio afirmaron que hay cuatro temas principales de afrontamiento que “reflejan un espectro de estrategias de respuestas cognitivas, conductuales y sociales”. La primera de ellas incluyó “respuestas internas” para la aceptación, diálogo interno, reflexión sobre el desafío y la construcción del significado”. “La Práctica Corporal y el Compromiso con el Entorno enfatizó estrategias físicas como la respiración intencional, el movimiento y el compromiso sensorial para manejar experiencias difíciles”, dicen los autores del estudio.
“El tema de las Respuestas Interpersonales destacó la dinámica social, donde los participantes evitaron las interacciones sociales o buscaron ayuda o revelaron experiencias personales. Por último, el tema de las Respuestas del Facilitador subrayó el papel fundamental de los guías o terapeutas a la hora de brindar apoyo físico y emocional e introducir nuevos elementos para ayudar a los participantes durante los momentos difíciles”, asegura el estudio. Por último, la investigación dice que “los análisis revelaron que las estrategias que fomentan la aceptación y la observación cognitiva se utilizaban con frecuencia y se percibían como las más eficaces para gestionar las experiencias psicodélicas desafiantes”.