Fumar cannabis que está enmohecido suena asqueroso pero es algo peor ya que puede ser peligroso. Mejor aprende a diferenciar el bueno del malo.
El cannabis que se ha enmohecido es bastante peligroso para los alérgicos a la penicilina. Aunque el cannabis enmohecido no debería llegar a las tiendas, la realidad es que en algunos estados de los EE.UU han tenido que retirar hasta 48 libras de cannabis en malas condiciones. ¡Y estamos hablando de estados legales! ¿Qué puede ser de las condiciones del almacenamiento de la maría en un lugar donde no lo es?
Antes de que llegue a tus pulmones, echemos un vistazo a la marihuana:
La primera cosa que uno puede hacer es, simplemente, mirar bien el cogollo que tenemos en la mano y que nos acaban de vender. A veces con un simple reconocimiento visual uno puede ver que la planta está enmohecida. El moho es fácil de ver pues se parece a las telarañas. Puede pasar que sean telarañas auténticas y no moho, pero es recomendable no fumarse las telarañas, aunque vosotros veréis. El moho a veces tiene forma de polvo que puede ser confundido con el kief. Si tiene la consistencia del serrín es probable que sea moho. Otra veces el moho tiene aspecto de manchas blancas u oscuras, incluso de limo.
Puedes olerlo para chequear si está enmohecido pero los alérgicos pueden tener una reacción (pequeña) si utilizan este test. Si la weed huele como a orina o sudor es que está enmohecida. El test olfativo tiene bastantes limitaciones, pero puede ser una solución rápida.
Si quieres asegurarte de que no haya moho lo mejor es pasarlo bajo un microscopio. Necesitas cierto entrenamiento porque reconocer el moho no es evidente. Debes saber cómo es una planta sana para que si ves algo raro puedas determinar si se trata de moho.
En caso de duda consulta las páginas especializadas donde te pueden aconsejar qué hacer o cómo abordar el problema de la mota con moho. Todo antes de que prefieras correr el riesgo y fumarte la yerba enmohecida. Y no pienses que puedes usar la yerba para otras cosas del tipo “hacemos comestibles” pues ¡las microtoxinas del moho van a ir a parar a los alimentos!