Pesticidas, moho, metales y hasta heces son algunas de las sustancias contaminantes más comunes que se encuentran en el cannabis que se comercializa de forma ilegal en Europa. Así lo aseguran dos estudios científicos recientemente realizados en Reino Unido y Alemania. Ambos informes subrayaron la urgente necesidad de regular la producción de la planta en todo el continente para proteger la salud pública.
El informe de Reino Unido fue realizado por la compañía de dispensarios con sede en EEUU, Curaleaf, en colaboración con la Universidad Metropolitana de Manchester. El estudio analizó 60 muestras diferentes de cannabis adquirido en el mercado ilícito. En la mayoría de ellas encontraron presencia de moho, plomo y cannabinoides semisintéticos. Incluso, un 1% de la marihuana analizada mostró que contenía cocaína y opioides o ketamina. Los metales pesados se encontraron en el 10% de las flores.
El segundo estudio fue hecho en Alemania y los encargados fueron investigadores de Sanity Group, una compañía farmacéutica con sede en Berlín. La empresa cogió marihuana durante ocho meses de todas las regiones del país y de diferentes ciudades de Europa, como Madrid, Barcelona, París, Viena y Bruselas. En las 253 muestras analizadas, tan solo unas 74 resultaron ser libres de contaminantes. Según el informe, el cannabis seguro en el continente se trata de menos del 30%.
Los datos relevados del estudio alemán mostraron también que más del 50% de las muestras analizadas contenía restos de pesticidas, mientras que alrededor del 60% del cannabis estaba contaminado con bacterias y heces de animales.