Parece el argumento de una peli de bajo presupuesto, pero es una historia real. Expertos marinos de EE UU han alertado que los tiburones que habitan en la bahía de Florida parecen estar consumiendo cocaína que llega al mar desde las embarcaciones de narcotraficantes. Varios investigadores están estudiando el fenómeno después de observar comportamientos inusualmente agresivos y erráticos entre varios ejemplares de tiburón que viven en la zona.
La investigación ha servido para realizar un documental que se ha emitido estos días en la cadena Discovery coincidiendo con la Shark Week (la “semana del tiburón”), un evento anual de la cadena en el que se dedica parte de la programación a los tiburones. En el programa aparece la doctora Tracy Fanara, miembro principal del equipo de investigación, quién explica el cambio de comportamiento en varias especies de tiburones y expone la hipótesis del consumo de cocaína.
Según se explica en el documental, las aguas de Florida son una zona en la que abundan los fardos de cocaína extraviados por ser zona de paso habitual de narcotraficantes y por la confluencia de corrientes marinas que arrastran numerosos objetos flotantes. “Mientras filmábamos en los Cayos de Florida, llegaron a la costa fardos de cocaína, como dos veces en una semana, así que es un problema muy extendido”, asegura la investigadora, según cita The Guardian.
“Si estos fardos de cocaína son una fuente puntual de contaminación, es muy plausible que los tiburones puedan verse afectados por esta sustancia química. La cocaína es tan soluble que si cualquiera de esos paquetes se abre un poco, su integridad se destruye y la droga pasa a estar en el agua”, aseguró la investigadora, según cita The Guardian.
Los investigadores realizaron un experimento para ver cómo actuaban los tiburones ante la aparición de fardos en el mar y tras tirar falsos fardos comprobaron que estos se lanzaban a por los bultos de forma salvaje. Aunque el documental no proseguirá, el equipo investigador planea seguir estudiando el fenómeno y pretende obtener muestras de sangre de los tiburones que revelen los niveles de cocaína que tienen en su organismo.
