El día 3 de julio se cumplió 48 años de la muerte de Jim Morrison, el mítico cantante del grupo The Doors. Entre las anécdotas de su controvertida vida está aquella en la que le dio a la mandanga junto con el que años más tarde sería el gran amor de Thalía.
Casi medio siglo después de que encontrasen a Morrison muerto en una bañera de un hotel debido a una “insuficiencia cardiaca”, Infobae rescata una historia sobre cuando Morrison pasó por México para unos bolos. Ocurrió en 1969, dos años antes de su muerte.
The Doors montó un concierto en la Monumental Plaza de Toros México ante 48.000 personas. Las entradas costaban desde 40 centavos hasta solo 1 dólar estadounidense. Durante esa pequeña gira se planteó un concierto más para la gente con dinero de México y que se realizó en el hotel Camino Real. Se trató de un concierto de beneficencia cuyos fondos irían para Naciones Unidas o la Cruz Roja. Parece que no se tenía muy claro quién iba a ser el beneficiario y mucho nos tememos que aún no se sabe. De hecho, nunca se produjo este concierto.
Aquí es cuando a historia se pone interesante: Debido a que el entonces Jefe de Gobierno capitalino, Alfonso Corona del Rosal, viajó a la Unión Soviética sin haber firmado el permiso para realizar el evento, el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz, autorizó el concierto verbalmente, pero luego se "perdió" el trámite entre la burocracia. Alguien no hizo sus deberes y fue debido a esta ausencia de permisos necesarios que el concierto se movió de la Plaza México al Fórum de la Colonia Del Valle, que ya no existe en estos momentos pero que se encontraba sobre Insurgentes Sur esquina con Ameyalco, según asegura Infobae.
Javier Castro, dueño por entonces del local, fue contactado por Mario Olmos, para acordar cuatro conciertos en esa sala de capacidad para mil personas, por 5.000 dólares cada noche. Parece ser que así cerraron el trato pero cuando a los Doors se les dijo que iban para México les hizo poca o ninguna gracia. Sobre todo cuando descubrieron que lo que les habían prometido, que tocarían en el Auditorio Nacional y que saldrían en televisión, nunca pasó. Eso sí, pese a tener aforo de 1.000 personas se rentó bien pues cada entrada costó 16 dólares, una barbaridad para esa época, sobre todo si tenemos en cuenta que el sueldo diario promedio era de 50 centavos de dólar. Los asistentes iban de traje y corbata pues, con esos precios, solo las personas con mucho dinero se lo pudieron permitir.
The Doors quería tocar para la gente, por lo que se mencionó que lo harían el domingo al aire libre en la Alameda Central, en el Centro Histórico de la capital, pero las autoridades no lo permitieron.
Ahora es cuando la leyenda se convierte en mito. Uno de los asistentes reconocidos del concierto de The Doors fue un ex novio de Thalía, Alfredo Díaz Ordaz, hijo del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, por lo que alrededor de él circuló un mito que aún perdura. En uno de los shows, Alfredo llegó hasta el camerino de Jim Morrison, acompañado de su grupo de amigos, y hasta de la famosa actriz Meche Carreño. En el recuerdo de la época se mencionó que al salir del concierto, Alfredo llevó a Jim Morrison a la residencia presidencial, donde siguieron la fiesta.
Se dice, que la fiesta no fue de Coca-Cola Zero y chuches, sino que ahí corrió de todo, mandanga incluida. Morrison y compañía tuvieron que abandonar la casa cuando el ex presidente descubrió que su casa se estaba liando una buena.
Diez años después esos hilos rojos que nos unen a todos llevan a Alfredo Díaz Ordaz hasta la cantante Thalía.