En un hecho sin precedentes, la DEA aprobó una petición presentada por la Church of Gaia, con sede en Spokane (Washington), permitiendo el uso de ayahuasca como parte de sus rituales religiosos. Esta decisión marca un giro relevante en la forma en que el gobierno estadounidense trata las solicitudes de exención amparadas por la Religious Freedom Restoration Act (RFRA).
A diferencia de casos anteriores, en los que otras iglesias tuvieron que recurrir a litigios prolongados para obtener permisos similares, la Church of Gaia logró esta aprobación sin entrar en juicio. El proceso fue guiado por los abogados Pat Donahue, Taylor Loyden y John Rapp, quienes recomendaron la suspensión temporal de ceremonias con ayahuasca como gesto de buena fe. Esta estrategia fue interpretada como una muestra de respeto a la legislación vigente, lo que pudo haber influido en el desenlace favorable.
La ayahuasca, que posee un alto valor espiritual en culturas indígenas, contiene DMT, una sustancia fiscalizada en Estados Unidos. Su uso ceremonial ha sido defendido por comunidades que argumentan su centralidad en experiencias religiosas profundas. La propia DEA reconoce, aunque de forma limitada, que ciertas sustancias pueden recibir un trato especial cuando están protegidas por la libertad religiosa.
Un antecedente clave fue el fallo de la Corte Suprema en 2006 que autorizó al grupo O Centro Espírita Beneficente União do Vegetal a importar ayahuasca desde Brasil. Sin embargo, ese y otros permisos fueron el resultado de intensas batallas legales. Entre 2016 y 2024, la DEA recibió 24 peticiones de exención religiosa por sustancias controladas, sin conceder ninguna hasta ahora.
La decisión ocurre tras un informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental (GAO) que instó a la DEA a revisar sus procedimientos ante estas solicitudes. La aprobación a la Church of Gaia podría representar un cambio de criterio institucional, aunque persisten dudas sobre la transparencia del proceso, ya que los acuerdos no son de acceso público.
El caso de la Church of Gaia abre una posible nueva etapa en el reconocimiento del uso espiritual de psicodélicos en Estados Unidos y, a medida que más comunidades reclaman su derecho a prácticas enteógenas protegidas por la libertad religiosa, el precedente podría ser desafiante para el sistema regulatorio actual.