Una decena de agentes de la Policía Nacional irrumpieron a finales del mes pasado en una vivienda de San Pol de Mar en la que 23 personas se preparaban para realizar una ceremonia con ayahuasca y otras plantas de uso tradicional. Los agentes, acompañados por funcionarios de la Agencia Tributaria e Inspección de trabajo, entraron en la casa a la fuerza, retuvieron a las personas en su interior, registraron la vivienda y se llevaron a dos personas detenidas.
Los detenidos, que fueron dejados en libertad con cargos, han sido acusados de pertenencia a grupo criminal y delito contra la salud pública por tráfico de drogas. La base sobre la que se sustenta la operación es que las personas detenidas importaban y usaban drogas ilegales, pero, según la nota de prensa de la Agencia Tributaria, durante la operación sólo se ha incautado ayahuasca, sapo bufo y rana kambó, tres sustancias que no están sometidas a fiscalización internacional ni bajo las leyes españolas.
La nota de prensa recoge que también se interceptó un envío dirigido a uno de los detenidos que contenía casi un kilo de mescalina, sustancia que sí está fiscalizada. Sin embargo, lo que contenía el paquete no era mescalina, sino polvo de cactus de San Pedro, una especie vegetal que produce mescalina de forma natural y que no está sometida a fiscalización. A este respecto existe cierta confusión: los principios activos de la ayahuasca (la DMT) y del San Pedro (la mescalina) están prohibidos, pero no así las plantas que los contienen.
En los últimos meses se han producido varias operaciones policiales muy similares contra personas que organizan retiros de ayahuasca. En las notas de prensa policiales se relaciona este tipo de operaciones con la lucha contra las sectas, sin que haya ninguna condena ni pruebas que relacionen el uso de estas plantas con prácticas sectarias. De hecho, la mayoría de denuncias realizadas en España contra personas que usan ayahuasca y otras plantas psicoactivas de uso tradicional han sido archivadas debido a que estas especies vegetales no están fiscalizadas en los convenios internacionales de drogas.
A raíz de las operaciones policiales en España contra la ayahuasca, el pasado enero varias decenas de investigadores científicos y ciencias sociales de universidades e institutos de investigación de todo el mundo firmaron un manifiesto “contra la demonización de las prácticas de la ayahuasca en España” y la persecución de las personas que usan la bebida amazónica.