Al contrario que su predecesor Jeff Sessions, ¿el nuevo fiscal general de la era Trump le guiña el ojo a la legalización del cannabis o solo está parpadeando?
El pasado miércoles, William Barr, el actual fiscal general del estado, mostró cierto interés en la legalización de la marihuana a nivel federal durante una intervención en el Congreso de los EE.UU.
En concreto, Barr comentó que resulta insostenible la contradicción de que haya estados donde el cannabis es legal mientras continúa la prohibición a nivel federal.
“La situación que creo que es intolerable y a la cual me opongo es en la que nos encontramos ahora… Personalmente estoy a favor de una norma federal uniforme contra la marihuana, pero no hay suficiente consenso para obtenerlo, por tanto creo que la manera de actuar es permitir que los estados puedan tomar sus propias decisiones dentro del marco de una ley federal”.
Aunque por sus declaraciones uno no diría que quiere que se legalice a nivel estatal sí que se infiere que Barr, al contrario que Sessions, no quiere intervenir en las decisiones que tomen cada estado a favor o en contra de la marihuana.
La actitud del fiscal va a favor de lo que se conoce como la ley STATES, acrónimo de Strengthening the Tenth Amendment Through Entrusting States. Resumiendo mucho, la ley consiste en reforzar la autoridad de las decisiones autónomas que toman los estados, como en el asunto de la legalización, por encima de las leyes generales que rigen el funcionamiento del país. Dejar que los estados puedan decidir sobre cómo dirigir sus políticas sin el miedo a ser intervenidos por el estado federal.