Tal vez el cacao tal y como lo conocemos en el chocolate no sea exactamente lo mismo que fumaban en el continente americano. Además, contamos con esa creencia popular de que un buen chocolate produce efectos vigorizantes o relajantes. Es por esto que cabe la pregunta de si el cacao tiene efectos psicoactivos.
Mayas y Aztecas, lo que se consideran dentro de la cultura Olmeca, descubrieron el cacao y le dieron diversos usos en el terreno de los rituales. Parece ser, aunque no podemos afirmarlo completamente, que era utilizado para curar enfermedades. Como bien sabemos, por desgracia, el cacao no es una medicina demasiado efectiva para nada pero, de alguna manera, es un buen acompañante para el alma pues su consumo nos suele poner algo más contentos. ¿Significa esto que tiene efectos psicoactivos? Pues en principio, no.
El cacao es un "neuroactivo pero no un psicoactivo", dice James Giordano, profesor de neurología y bioquímica en el Centro Médico de la Universidad de Georgetown. La teobromina, uno de los compuestos del cacao, tiene un efecto energizante sin crear nerviosismo como el del café, mientras que otro compuesto, la feniletilamina, libera dopamina, lo que te hace sentir bien. Además, ciertas texturas del cacao en algunos productos pueden también liberar dopaminas, lo cual ayuda a crear una sensación de satisfacción.
Además de eso, el cacao contiene una sustancia química llamada anandamida que actúa sobre los receptores de cannabinoides para crear una sensación de euforia; “Ananda”, el nombre de la molécula, viene del sánscrito y significa "felicidad". También tiene magnesio, que es importante para la producción de serotonina, un neurotransmisor que puede inducir sentimientos de tranquilidad y satisfacción, dice Giordano. Que no tiene nada malo el cacao, vaya, es la planta de la felicidad.
El cacao es vasodilatador, lo que de manera metafórica podríamos decir que “te abre el corazón”. Dos cuartos de chocolate negro ya hace que la sangre corra por el cerebro más rápida alrededor de tres horas.
Solemos regalar chocolate porque de algún modo la anandamida y la feniletilamina ayudan a crear en la persona agraciada con el regalo una sensación de satisfacción. De ahí, tal vez, que sea uno de los regalos estrellas en fechas como San Valentín. Cuanto más cacao en el chocolate, mayor es el efecto, tenedlo en cuenta.
Tal vez no te vuele la cabeza, ni sea tan trascendente como la maría o la ayahuasca, pero ayuda a ver la vida mejor.