Christiania, el barrio autónomo de Copenhague que cuenta con un mercado de cannabis tolerado por las autoridades desde hace varias décadas, podría ver desaparecer el comercio de marihuana y hachís debido a la creciente violencia en la zona relacionada con pandillas externas a la comunidad. La autonomía de Christiania funciona desde los años 70 con una forma de autogestión de base anarquista, y en él no puede entrar la policía de Copenhague, aunque sí participa de otros servicios públicos de la ciudad.
Tanto las autoridades de la ciudad de Copenhague como los portavoces del barrio de Christiania apuntan que el aumento de la violencia tiene que ver con bandas de narcotraficantes que se aprovechan del clima de tolerancia que tiene el barrio con la venta de cannabis. Recientemente se han producido apuñalamientos y el pasado octubre un joven de 22 años murió tiroteado.
Según recoge el diario The Guardian, la portavoz de la comuna, Hulda Mader, asegura haber recibido amenazas de muerte tras intentar intervenir en enfrentamientos entre bandas de narcotraficantes. “Ha habido varios episodios violentos recientemente”, dijo al diario. “Estas no son personas que conocemos. Sospechamos que son pandillas. Tememos que la situación se convierta en una guerra de pandillas en Christiania”.
La alcaldesa de Copenhague, Sophie Hæstorp Andersen, afirma que la violencia es insostenible y ha propuesto a la comunidad del barrio cerrar el mercado de venta de cannabis con su consentimiento. “En Copenhague, creo que debemos tener espacio para Christiania. Es a la vez alternativo y creativo. Pero esta violencia dura y organizada debe borrarse del futuro de Christiania”, dijo la alcaldesa. “Si los habitantes del barrio dejan en claro que están listos para cerrar el mercado del cannabis y reemplazarlo con otra cosa, entonces estamos listos para apoyar la elaboración de un plan para averiguar qué debería suceder en su lugar”.