Esta es la tercera entrega de una serie de artículos sobre los posibles escenarios en que puede desembocar el trabajo de la subcomisión sobre cannabis medicinal. En la primera entrega (I: Los posibles desastres) expliqué de qué formas la misión de la subcomisión puede fracasar y no conducir a una regulación. En la segunda (II: Regulaciones limitadas) abordé algunos de los debates que enfrentará la subcomisión y como su resolución podría conducir a una ley que resulte insuficiente para muchos de los pacientes.
Recordemos que el trabajo de la subcomisión es evaluar las experiencias de otros países con el cannabis medicinal y la evidencia científica disponible sobre su uso, y redactar un informe para que el Gobierno lo utilice en una posible regulación del cannabis. En este artículo hablaré de las formas en que podría quedar regulado el acceso al cannabis medicinal y de algunas de las consecuencias que tendría para los pacientes.
Si la regulación opta por la mejor opción para los pacientes se aprobará el uso de una variedad de opciones terapéuticas cannábicas que sirvan a las diferentes patologías y necesidades particulares de los pacientes, pudiendo incluir desde fármacos con cannabinoides aislados hasta cogollos secos de la planta y preparados como los aceites medicinales. Lo más probable es que sean los médicos quienes tengan la potestad de recetar un tratamiento con cannabis, siguiendo las indicaciones de la ley o de la administración que regule el cannabis medicinal, que establecerá qué patologías serán aptas para acceder a los tratamientos.
La experiencia de Reino Unido ha demostrado cuán importante es acompañar la regulación del cannabis medicinal con un programa de formación para el personal sanitario, para evitar lo que ha pasado en ese país. Aun con el cannabis medicinal regulado, la inmensa mayoría de médicos de la seguridad social británica se niegan a expedir recetas por reticencia o falta de formación, de modo que los pacientes tienen que recurrir a consultas privadas y aquellos que no pueden pagarlas han quedado excluidos.
El acceso al cannabis medicinal podría regularse de dos formas principalmente. Una opción es que la única forma legal de conseguir cannabis medicinal sea a través de la adquisición en farmacias de los remedios autorizados, sean fármacos, aceites o cogollos. La otra opción es que se permita el autocultivo de cannabis para los pacientes con una receta, con un límite de plantas por persona. La autorización del autocultivo también podría extenderse para asociaciones de pacientes, que podrían cultivar colectivamente las plantas que necesitan para su tratamiento y/o elaborar remedios propios, como aceites medicinales.