El policía que mató a Philando Castile dice que el olor a marihuana le hizo temer por su vida
El agente de policía que mató a Philando Castile alegó que “el olor a marihuana me hizo temer por mi vida”.
El agente de policía que mató a Philando Castile alegó que “el olor a marihuana me hizo temer por mi vida”.
Hace un año el oficial de policía Jeronimo Yanez disparó en un control rutinario a Philando Castile. Como podéis suponer, Castile era un hombre negro cuya muerte ha ido a engordar las cuentas de muertos por policía del año pasado en los EE.UU.
La declaración del policía no tiene desperdicio como cúmulo de despropósitos en los que se mezcla, racismo, clasismo e intolerancia verdaderamente indisimulada. Refiriéndose al momento en el que se acercó al coche de Castile el agente Yanez dice: “Pensé que iba a morir… Pensé que si [Castile] tenía las agallas y la audacia de fumar marihuana delante de su hija de cinco años arriesgando la vida de la niña y arriesgando sus pulmones con el humo…qué importancia me va a dar a mí… Y disparé el cargador y cuando el cargador se agotó la niña estaba gritando”.
El agente Yanez tuvo el cuajo de vaciar el cargador de su arma sobre Castile mientras la hija del asesinado iba en el coche y tiene la poca vergüenza de decir que, en cierta medida, le preocupaba la salud de la niña.
Tal y como destaca el Washington Post, no es la primera (ni será la última, nos tememos) en el que un agente de policía alude a la marihuana para tratar de descargar su responsabilidad. Los agentes que mataron a Keith Lemon en Carlina del Norte dijeron que el olor a marihuana les llevó a comprobar qué estaba haciendo. Por supuesto Lemon, ¡oh, sorpresa!, también era un hombre negro.
Que los policías recurran al tópico de la marihuana para justificar sus actos además de resultar pueril contrasta con las investigaciones avaladas por la ciencia en las que se afirma que la marihuana reduce los niveles de agresividad del que la toma.
Por otra parte, Castile no estaba fumando en el momento en que le dispararon. Es cierto que se encontró THC en su organismo pero debido a cómo funciona el sistema entre el psicoactivo y el organismo es difícil (por no decir imposible) conocer el grado de intoxicación de Castile. Utilizar la idea de que iba “colocado” es responsabilizar a la víctima de su propia muerte.
Afortunadamente, la apelación de Yanez para eludir sus responsabilidades no ha cuajado y por el momento que Castile fuese o no colocado no va a librarle del juicio.
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